Innovación para el desarrollo

Una zona con alto grado de exclusión socio-económica y de población envejecida, al oeste de las provincias de Salamanca y Zamora, ha comenzado a acunar una experiencia social y educativa fuertemente innovadora. En colegios públicos de un área de 62 municipios se plantea el cambio de modelo pedagógico, enfocado al aprendizaje autónomo del alumno, desde la infancia hasta el bachillerato, así como en la exigencia formativa del profesor, con el ordenador como vehículo para el acceso al conocimiento.

"Representamos un nuevo movimiento pedagógico", explica el presidente de la Fundación Encuentro, José María Martín Patino, que ha diseñado el proyecto social Raya del Duero, una de cuyas ramas busca desarrollar en el ámbito rural una experiencia que ya cuenta con recorrido en colegios de Madrid, Barcelona, Sevilla y Baleares. En la propuesta, profesores y alumnos "constituyen una comunidad de aprendizaje", en la que el profesor orienta y ayuda en lugar de ofrecer su clásica lección y "el chico es activo, deja de aburrirse al encontrarse con una pedagogía mucho más personalizada". Martín Patino destaca que el sistema se integra en "un pensamiento social, un pensamiento compartido y dialogado, en el que el alumno se acostumbra a buscar su información, que luego coteja con los demás y eso supone que ese pensamiento compartido se convierte en pensamiento social, frente al individual que ha caracterizado nuestra enseñanza".

Esta "nueva forma de aprender" se encuentra estrechamente ligada al uso de Internet y las nuevas tecnologías a través de "una fórmula que supone cambiar la pedagogía en función de lo que las nuevas tecnologías nos han despertado a los pedagogos", explica Silvia Prada, coordinadora general del Foro Pedagógico de Internet (www.fund-encuentro.org), iniciativa pionera en ese campo creada por la Fundación Encuentro. El uso de las nuevas tecnologías "permite dar protagonismo al alumno, y gracias a ese protagonismo empieza a entender que es él quien debe aprender; pero aprender a aprender, es decir, aprender a pensar". "Para ello hay que darle al alumno capacidades, recursos y habilidades o destrezas intelectuales para que sea capaz de procesar la información que le llega, y esa información convertirla en pensamiento", añade Prada.

La experiencia ha comenzado en infantil y primaria. En las primeras se instala un equipamiento informático en el que el ordenador se halla incorporado a un mueble-juguete montado en el espacio denominado "rincón del ordenador", que recogerá la actividad del resto de los rincones de interés del aula. Se comienza con técnicas que presentan la unidad mínima de información a través del audio y de la visión, información que va a ser contenida en imágenes relacionadas con el entorno natural que rodea a los niños. Por lo que se refiere a primaria, se propone la "zona de trabajo", con al menos dos ordenadores por unidad educativa, donde se empezará a descubrir los recursos naturales del entorno, la explotación de esos recursos y la cadena de producción.

El inspector de colegios públicos agrupados de la zona, Luis Herrero, tras reconocer "la gran capacidad de motivación para el alumno" que aporta el proyecto, así como "el esfuerzo que requiere al profesor por la carga de formación que conlleva", ha indicado que "lo más relevante es que lleva los métodos más modernos y la más alta tecnología a un rincón de Europa con niveles económicos y educativos reducidos y una población precaria en niños y recursos". El profesor de secundaria de Vitigudino Juan Jesús Delgado asegura que la propuesta permite "reivindicar la figura del maestro que apoya con su trabajo, experiencia y su pasión por la tierra, que sea un poco como el alma de los ordenadores, pues, de lo contrario, quedaría un tanto vacío".

El proyecto Raya del Duero, que alcanza a 2.723 alumnos y 336 profesores de 95 aulas, se plantea con una inversión próxima a 70 millones de euros, de los que una parte los aporta la Fundación Iberdrola, que asienta sus grandes presas en la zona. El resto, según el presidente de la Fundación Encuentro, se pretende conseguir a través de recursos de la UE y negociaciones que se realizan con diferentes entidades. Aunque se ha firmado un convenio con la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, "no se advierte ningún gesto de ayuda", según Martín Patino, que, no obstante, ha precisado que "por dinero nunca hemos dejado de hacer nada".

Esta experiencia supone todo lo contrario a convertir la escuela en "un aula de informática", pues la instalación del ordenador busca "el uso específico de éste para la educación, introducirlo en el tuétano del aprendizaje", destaca Martín Patino. Para conseguirlo, Silvia Prada apunta que se ha desarrollado como eje del proceso de aprendizaje el modelo CAIT (integra los conceptos constructivo, autorregulado, interactivo, tecnológico). Las experiencias se pueden consultar en el portal EducaRed que dirige el Foro (www.educared.net/innovacionpedagogica) y en los cuadernos que se editan mensualmente.