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"Cada punto de color es una ofrenda a las víctimas del 11-M"

Gaspare Di Caro es un artista urbano, extravertido y simpático, nacido hace 43 años en la ciudad francesa de Antibes y que vivió en Cómiso, en la provincia siciliana de Ragusa, de donde procede su familia. Hijo de un restaurador de muebles antiguos y de una costurera, se formó en Italia y en Francia, donde ha pasado 22 años. Trabajó para el cine con Ettore Scola y se considera entusiasta de la pintura.

Pregunta. ¿Hay algo en esta instalación, y en sus colores, que tenga que ver con Sicilia?

Respuesta. Claro que sí. También de España, que estuvo en mi tierra seis siglos y en esta instalación se halla muy presente. Frente a mi casa se alza un castillo de la época aragonesa de Sicilia.

P. ¿Cómo nació este proyecto?

R. El año pasado recorrí el Prado y quedé impresionado por los azules de los cuadros de Rubens. Conversé con el alcalde Ruiz-Gallardón y con la concejal Alicia Moreno; les manifesté mi entusiasmo por hacer una instalación polícroma, idea que compartieron.

P. ¿Qué pasó luego?

R. Sobrevino la catástrofe del 11 de marzo. Mi idea inicial cambió entonces. Ante tanta desgracia, creí que el arte carecía de sentido. Sin embargo, cada vez que recordaba la tragedia, surgía en mí el estímulo de dedicar esta obra, cada punto de color, a cada una de las víctimas. Concebí, pues, transformar la fachada en un faro. Soy creyente y me gustaría que lo hecho aquí fuera un homenaje, una ofrenda a cuantos padecieron aquel tremendo sufrimiento, a sus familias y a sus amigos.

P. ¿En qué consiste esta iluminación? ¿Cómo ha de mirarse?

R. No es iluminación, es pintura. Hice un alzado de la fachada y elegí determinados puntos para bañarlos de color. He querido dar calor a la diosa Cibeles y a la piedra inerte de la fachada del palacio. Me siento como un sastre que lo hubiera vestido a distancia.

P. ¿Esconde algún misterio?

R. Sí, hay que encontrar una lagartija oculta en un rincón.

P. ¿Quién forma su equipo?

R. Roger Rey, que trabajó con Jean Michel Jarre y Ruthi André, restauradora de arte. Son magníficos, imprescindibles.

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