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El PSE asume en su proyecto de reforma del Estatuto una "comunidad nacional" vasca

Los socialistas creen que el 'plan Ibarretxe' abona el enfrentamiento interno y con el Estado

Los socialistas vascos asumen en su propuesta de reforma del Estatuto de Gernika la existencia de una "comunidad nacional" vasca basada en un amplio pacto transversal entre nacionalistas y no nacionalistas. Desde una "lectura compartida de la Constitución", la reforma abre la puerta a transferir incluso competencias exclusivas del Estado, al tiempo que defiende la participación de Euskadi en la UE y en la elección de jueces del Constitucional o de vocales del CGPJ. El PSE quiere transferir todas las políticas de empleo y la cogestión del ingreso en materia de pensiones, sin romper la caja única.

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"Los socialistas seguimos defendiendo que el proyecto nacional vasco sólo es posible desde el mantenimiento de un consenso amplio en materia institucional, social y cultural y que cualquier propuesta que suponga una ruptura del mismo pondrá en grave peligro el proyecto y el país", se apunta en el documento al que ha tenido acceso este periódico.

Los socialistas vascos, que utilizan con profusión términos como "comunidad nacional" y "proyecto nacional vasco", defienden en su propuesta un "amplio autogobierno" que sea fruto de un pacto, como en 1979, y no el resultado de la "aplicación unilateral de una ideología", en alusión al plan Ibarretxe. Una comunidad nacional de ciudadanos libres, -y no la "imposición" de una concepción de nación "etnicista y excluyente"-, donde prime la lealtad política e institucional, explican.

Proponen una reforma estatutaria que haga posible la estabilidad política económica y social "de nuestra comunidad nacional, en unión y colaboración leal con España y Europa".

El documento titulado Bases para la actualización y reforma del Estatuto de Autonomía, de 38 páginas y que será ratificado el próximo domingo por el Comité Nacional del PSE, pone en valor los 25 años de realidad estatutaria. Pero tampoco evita la autocrítica.

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Los socialistas vascos asumen las "sombras" existentes en el proceso de desarrollo estatutario, aunque creen que las responsabilidad son "compartidas" entre gobiernos y partidos. Admiten una de las críticas habituales de los nacionalistas: "En ocasiones, se ha utilizado el desarrollo estatutario como una moneda de cambio para otros acuerdos". Y reconocen que las leyes de bases han vaciado parte de las competencias de la comunidad autónoma.

En el otro plato de la balanza, señalan que la estrategia independentista "pactada por las fuerzas nacionalistas con ETA en 1998", el plan Ibarretxe, o las declaraciones continuas de líderes del PNV sobre sus objetivos últimos independentistas "no son la mejor manera de superar el recelo y de suscitar la lealtad y la colaboración recíproca". Pero, agregan, dichas "sombras" no pueden servir para que los nacionalistas y Ezker Batua (IU de Euskadi) las presenten como un "incumplimiento" que les ha obligado a embarcarse en un proyecto que desintegra el país y abona el "enfrentamiento" entre ciudadanos, territorios y con el Estado "del que nada positivo se puede esperar". El plan Ibarretxe "abre el camino a la separación de Euskadi y España".

El PSE busca con su propuesta un acuerdo "razonable y equilibrado", desde una "lectura común dentro del marco constitucional", tanto sobre las materias pendientes de ser transferidas "como las que permitan reforzar la fijación de políticas propias" en el ámbito económico y social.

La presencia de Euskadi en la UE es analizada de manera prolija. El PSE quiere que Euskadi pueda "ostentar la representación del Estado cuando se trate de materias de su competencia". El documento prevé que el País Vasco pueda instar al Estado para que acuda al Tribunal de Justicia Europeo en defensa de sus derechos e intereses. Y apuesta por crear una "comisión bilateral específica Euskadi-Estado para asuntos comunitarios" que aborde "materias singulares del régimen autonómico como el Concierto y el Ecofin".

Tratados internacionales

La reforma propone que Euskadi pueda participar en aquellos organismos internacionales "cuyas competencias o funciones inciden" sobre las de la comunidad autónoma. Y que pueda firmar tratados internacionales en materias de su competencias exclusivas. Respecto a las relaciones con Navarra con el País Vasco francés, señala que Euskadi podrá institucionalizar "relaciones culturales" sobre la base del euskera y de la cultura "que históricamente compartimos y con la que nos identificamos como Euskalherria".

Los socialistas ofrecen un método para lograr ese pacto: la suma del debate parlamentario y de "una intensa labor previa de diálogo y consenso". Justo lo contrario, denuncian, de lo que ha hecho el lehendakari con su propuesta. El PSE creen que "anticipar", como hizo Ibarretxe, una propuesta tan detallada y cerrada es un error ya "insubsanable". De ahí, alegan, que las reuniones de Ibarretxe con sindicatos, patronal y organismos sociales "hayan sido interpretadas como una petición de adhesión entusiasta a su proyecto". El PSE propone que una mesa de partidos elabore un proyecto de reforma que, tras aprobarse en el Parlamento vasco, sea remitido a las Cortes y, después, sancionado en referéndum por los vascos.

Patxi López, secretario general de los socialistas vascos.
Patxi López, secretario general de los socialistas vascos.PRADIP J. PHANSE

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