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Rajoy acusa a Zapatero de perjudicar a España al "dejar tirado al Gobierno polaco"

El presidente reprocha al PP que haya abierto "una etapa de descalificación masiva"

La vida parlamentaria sigue rezumando acidez. El líder del PP, Mariano Rajoy, le preguntó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por las críticas a jueces y curas de su vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, pero en realidad lo que hizo fue criticarle agriamente por haber suspendido el viaje a Polonia, donde tenía que haber celebrado el martes una cumbre bilateral. A su vez, Zapatero no se anduvo con contemplaciones y remedándose a sí mismo acusó a Rajoy y al PP de iniciar una etapa de "descalificación masiva".

El lunes, durante su comparecencia ante la comisión del 11-M, Zapatero utilizó repetidamente la expresión "engaño masivo" para referirse a la actuación del Gobierno del PP entre el 11 y el 14 de marzo. En esa misma sesión habló de "confusión masiva" y se refirió al "borrado masivo" de documentos en Presidencia del Gobierno, por parte del anterior Ejecutivo. Así que el adjetivo ha hecho fortuna con su propia definición y se aplica por el presidente "en gran cantidad".

Rajoy abrió su intervención espetándole a Zapatero que "dejó tirados a todos: al Gobierno polaco, a sus propios ministros y a los periodistas".

Se refería a la suspensión del viaje a Polonia, el lunes pasado a última hora, después de que la comparecencia de Zapatero ante la comisión del 11-M se prolongase hasta casi las doce de la noche.

Rajoy ironizó: "Sigue usted haciendo amigos y menos mal que le quedan Chávez y Castro, pero su reputación internacional, señor presidente, es manifiestamente mejorable y el problema es que eso lo pagamos todos. Usted estaba cansado, por lo visto, supongo que ya habrá descansado...".

Zapatero respondió con una explicación: "Era imposible compatibilizar la agenda con lo que fue el desarrollo de la comisión [del 11-M] y tengo que decirle que sí estaba algo cansado después de catorce horas de debate parlamentario".

A partir de ahí cambió el tono y devolvió pullas: "Evidentemente más cansado que usted que no compareció y podía haber tenido la oportunidad de hacerlo".

Respecto a las declaraciones de Fernández de la Vega, Zapatero le aseguró que ella misma había matizado que se refería a sectores minoritarios del clero y de la judicatura y expresó "en nombre del Gobierno, el respeto a la inmensa mayoría de los jueces y sacerdotes".

Rajoy volvió a la carga; le recordó que él, siendo ministro, a veces dormía tres o cuatro horas" y le insistió en que "un presidente del Gobierno tiene que procurar cumplir con sus obligaciones y sus compromisos". Luego acusó a Zapatero de mal talante y, como prueba, adujo su comparecencia ante la comisión del 11-M: "Ejemplo indiscutido e indiscutible de sectarismo y de pésimo talante".

Y la andana fue contestada con otra: "Señor Rajoy, veo que se incorporan a una nueva etapa, que podíamos denominar de descalificación masiva". Le achacó no haber estado en la comisión y le sugirió que pudo hacerlo "como portavoz del Grupo Popular". Ya de paso decidió referirse al líder del PP en estos menesteres: " Pensándolo bien, le tengo que decir que le agradezco sinceramente que haya designado al señor Zaplana como portavoz en ese debate". Fue quién le interrogó el lunes.

Símbolos franquistas

Al comenzar la sesión, el presidente del Gobierno dio seguridades al portavoz de Izquierda Verde, Joan Herrera, de que la comisión interministerial que se ha creado propondrá soluciones respecto a los símbolos del franquismo que se conservan en muchas ciudades y para los problemas que perviven como consecuencia de la Guerra Civil.

El Portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, consiguió aplausos de la mayoría de los diputados al expresar el apoyo de su grupo a la candidatura olímpica de Madrid 2012 y también que Zapatero le asegurase que a finales de enero llegará al Congreso la Carta Municipal de Barcelona.

Mas tarde, el presidente del Congreso, Manuel Marín, retiró la palabra al diputado de Esquerra Republicana Joan Puig, mientras preguntaba al ministro del Interior, José Antonio Alonso, y tras "mandar un saludo" a una familia que se encontraba en la tribuna con su hijo, detenido por la Guardia Civil tras un episodio de protesta a través de Internet para exigir que se etiquetasen productos en catalán.

De izquierda a derecha, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana y Mariano Rajoy, en la sesión de control.
De izquierda a derecha, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana y Mariano Rajoy, en la sesión de control.GORKA LEJARCEGI

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