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El ex presidente de la Cámara de Cuentas de Madrid recurre su destitución

El que fuera presidente de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid hasta mayo de este año, Ramón Muñoz, ha presentado un contencioso contra el acuerdo de la Mesa de la Asamblea donde se aceptaba su dimisión. Su puesto lo ocupó entonces el consejero Ramón García Mena, propuesto, al igual que Muñoz, por inciativa del Partido Popular. La demanda de Muñoz es calificada por Ruth Porta, portavoz adjunta del grupo socialista en la Asamblea, de "escándalo tremendo" y muestra "clara del absoluto conflicto interno del PP".

Ramón Muñoz se vio forzado a dimitir de su cargo como presidente de la Cámara de Cuentas tras varias denuncias sobre la inactividad de la institución procedentes tanto de la oposición como de varios consejeros del propio órgano. La presidenta del Ejecutivo, Esperanza Aguirre, forzó entonces su dimisión. Muñoz, sin embargo, reconoció que había firmado la carta de renuncia, pero afirmó que ésta había sido presentada sin su consentimiento. Por eso ha presentado un recurso contra la decisión de la Mesa de la Asamblea, según confirmaron a EL PAÍS Antonnio Beteta, portavoz del grupo popular en la Asamblea, y Ruth Porta, portavoz adjunta del PSOE.

En mayo de este año el cargo de presidente de la Cámara de Cuentas pasó a ostentarlo Ramón García Mena, nombrado a propuesta del PP, al igual que Muñoz. La gestión de Muñoz, acusado incluso por el propio secretario de la Cámara de Cuentas de no entregarle la documentación necesaria para poder convocar al Consejo del organismo, había levantado ampollas en el seno del PP.

Para resolver la situación alguien presentó por registro en la Asamblea la carta de renuncia del hasta entonces presidente. Así, al menos, lo manifestó Muñoz a la presidenta de la Asamblea de Madrid, Concepción Dancausa, en un escrito al que acompañó de un informe de más de 300 páginas.

Dimisión efectiva

Pero Muñoz nunca ha estado conforme con que la Mesa aceptase su dimisión, después de haber explicado que él no la presentó nunca. Así, según han confirmado Beteta y Porta, ha apelado contra el acuerdo de la Mesa, que fue adoptado de acuerdo a un informe jurídico de los letrados de la cámara.

La versión de Muñoz acerca de por qué denuncia un acuerdo aprobado en la Asamblea, sin embargo, no ha trascendido. "Prefiero no hacer declaraciones sobre este asunto", declaró ayer a este periódico el que fuera presidente del organismo fiscalizador de la actividad económica, presupuestaria, financiera y contable del sector público madrileño.

Desde el PSOE, el contencioso interpuesto por Muñoz ha sido tachado de "escándalo", "reflejo de la crisis del PP" y "prueba de la falta de liderazgo de Aguirre", según Ruth Porta. "Esta es la demostración del escándalo tremendo en el que está inmerso el PP, y de que Muñoz, elegido por Beteta [portavoz del PP en la Asamblea] era una persona absolutamente inadecuada para el cargo que ocupaba", espetó la portavoz socialista.

Ruth Porta, que destacó la labor desempeñada por la oposición para resolver la crisis de la Cámara de Cuentas, achacó al "conflicto interno del PP" y a la "absoluta falta de liderazgo de Aguirre" situaciones como la que se ha presentado con el ex presidente de este órgano. "Aguirre es incapaz de controlar a su partido y de cerrar la crisis que ella misma abrió [respecto a la destitución de Muñoz], después de que hace pocos días que ha sido elegida presidenta de su partido", sentenció Porta.

La historia de una carta

La crisis de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid salió a la palestra a mediados de abril de 2004, con una denuncia del secretario general de este órgano, José Luis Monzó Torres. Monzó había remitido un escrito el 30 de marzo de contestación en el que desgranaba una serie de irregularidades cometidas, supuestamente, por el presidente, por aquel entonces, Ramón Muñoz.

En la misiva, el secretario general responsabilizaba a Muñoz de filtrar, o al menos, de no hacerle llegar la documentación necesaria para poder convocar al consejo de este organismo, en el que se toman la mayoría de decisiones de la Cámara. Esperanza Aguirre no tardó en jugar sus cartas, y forzó la dimisión.

La Cámara de Cuentas, organismo encargado de fiscalizar la gestión económica, presupuestaria, financiera y contable del sector público de la región, no consiguió aprobar en 2003 un plan de fiscalización, y tampoco consiguió dotarse de presupuestos para ese año.

Esta situación de bloqueo en la Cámara obligó al Gobierno regional a prorrogar los presupuestos de 2003 para la Cámara, puesto que los siete consejeros del órgano (cuatro elegidos a propuesta del PP, dos a propuesta del PSOE y uno propuesto por IU) no pudieron aprobar un anteproyecto de presupuestos a tiempo.

Como solución al bloqueo en este órgano, el Gobierno propuso la dimisión en bloque de todos los consejeros, propuesta que fue rechazada por PSOE e IU, que pretendían sólo la destitución del presidente, como finalmente sucedió. No obstante, Muñoz sigue siendo vocal, a propuesta del PP.

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