Un problema de precios

El precio del gas está referenciado al precio del petróleo. Si el petróleo sube, el gas sube. Y las empresas que comercializan gas buscan el precio más caro en el mercado más dinámico. Por ello, los barcos gaseros pueden cambiar de rumbo en mitad del océano para buscar el destino más conveniente para el dueño de su carga.

En España, ahora, ésa es precisamente la sospecha. Que gas cuyo destino era la península Ibérica se ha desviado a mercados más apetecibles, con más demanda y precios más altos. En la base del problema hay un hecho: en España coexisten dos mercados de gas, el libre y el mercado regulado cuya tarifa la marca el BOE. La tarifa regulada ahora es mucho más barata y empresas productoras de electricidad, como Iberdrola, han anunciado su mudanza del mercado libre de gas al de tarifa para sus centrales eléctricas de ciclo combinado. Al tiempo, Iberdrola asegura que ha ofrecido gas "a precio de mercado" a Enagas. Oferta que fue rechazada, según la eléctrica. El panorama así está dominado por una guerra de intereses que acaba por llegar y alarmar a la opinión pública.

Ésta no es la primera vez que se produce un recorte en el suministro de gas a las centrales de ciclo combinado. En enero de 2003 ocurrió lo mismo y, según algunas fuentes, acabó provocando algún corte en el suministro.