Un 'kamikaze' mata a un matrimonio y hiere a sus dos hijos en la autovía de Burgos
Un camionero salvó a los dos niños tras quitarles el cinturón y sofocar las llamas del vehículo
Federico Luis Nieto, un conductor kamikaze de 40 años que circulaba en sentido contrario por los carriles de entrada a Madrid por la autovía de Burgos (A-1), causó a primera hora de la madrugada de ayer un brutal accidente en el que murió carbonizado el matrimonio formado por Fulgencio Soria del Rey, de 40 años, y Victoria López Castellano, de 37, además del propio kamikaze. Los dos hijos de la pareja, que resultaron heridos de carácter grave, fueron rescatados por un camionero que pudo cortar los cinturones de seguridad y trató de apagar el fuego con un extintor que llevaba en su tráiler.
Los hechos ocurrieron pasados pocos minutos de la medianoche a la altura del kilómetro 54,500 de la A-1, en el término municipal de Cabanillas de la Sierra. Momentos antes, sobre las 23.40, un conductor avisó desde su móvil al teléfono de emergencias 112 que acababa de ver al conductor de un Seat Ibiza blanco que circulaba a gran velocidad por los carriles de entrada de la autovía, pero en sentido contrario, a la altura del kilómetro 44. Según la Guardia Civil, llevaba en sentido contrario desde el kilómetro 43, a la altura del club El Mirador.
El conductor de un Opel Astra se topó con el kamikaze a la altura del kilómetro 51. El primero pegó un fuerte frenazo, lo que produjo su vehículo realizara un trompo y quedara cruzado en la vía en medio de una noche cerrada y en una zona sin farolas que lo alumbraran. Ajeno a todo lo que estaba ocurriendo, Federico Luis Nieto siguió su camino equivocado.
Sirenas de la Guardia Civil
El 112 pasó de inmediato el aviso a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que movilizó un coche patrulla que estaba situado en el kilómetro 54,100. Los agentes hicieron un cambio de sentido y se colocaron en los carriles de entrada. Encendieron los lanzadestellos, todas las luces del vehículo y las sirenas. Se colocaron a caballo entre los dos carriles e intentaron reducir la velocidad de los vehículos que se dirigían a esa hora a Madrid.
Cuando vieron llegar al Seat Ibiza conducido por el conductor kamikaze le pusieron las luces largas e intentaron detenerle. Pero Federico Luis Nieto les esquivó y continuó circulando por el carril más cercano a la mediana a unos 120 kilómetros por hora.
"En San Agustín de Guadalix [kilómetro 34 de la A-1, aunque la Guardia Civil dice que fue nueve kilómetros después] ya le hemos visto que iba por el sentido contrario. Le hemos pitado y le hemos dado las luces, pero no nos ha hecho ni caso", señaló a EL PAÍS el conductor de un camión de la empresa de mensajería DHL, Santiago Mero López, de 39 años, que se dirigía a Vitoria.
El accidente mortal se produjo a las 0.04 en el kilómetro 54,500, cuando el Renault Safrane conducido por Fulgencio Soria estaba adelantando correctamente por el carril izquierdo a un camión articulado. Se trataba de una curva hacia la derecha muy abierta y con gran visibilidad. En ese momento, el Seat Ibiza de Nieto circulaba a unos 120 kilómetros por hora y chocó frontalmente, lo que produjo que ambos vehículos se incendiaran de inmediato. El turismo de Nieto estuvo circulando unos 400 metros más y se salió por la mediana, donde quedó volcado lateralmente.
Las llamas hicieron que el matrimonio muriera practicamente en el acto. El camionero Santiago Mero y su compañero aparcaron en el arcén y se bajaron a toda velocidad. Mero cruzó la mediana y abrió la puerta trasera del Renault Safrane. Empezó a rociar el vehículo e intentó sacar a los dos niños, pero no podía, ya que iban atados con el cinturón de seguridad. Otro conductor paró de inmediato y le dio una navaja con la que los cortó. "Pobrecitos, estaban chillando de dolor y de ver cómo las llamas les iban a llegar. Le he pegado varios golpes al extintor para que saliera algo de líquido", explicó el camionero.
La niña, de cinco años, sufrió fractura de un fémur, de la que fue operada ayer, mientras que el niño, de cuatro, padecía quemaduras de tercer grado en un pie alcanzado por las llamas. Los médicos del hospital de La Paz, donde están ingresados ambos, no descartan que tengan que amputarle algún dedo al pequeño dada la gravedad de las heridas que sufre.
El tráfico de la autovía fue desviado durante más de tres horas por carreteras secundarias hasta que fueron levantados los tres cadáveres por la juez de guardia.
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