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Zapatero visita hoy a Putin para tratar de normalizar las relaciones con Rusia

El presidente explicará en el Kremlin que España mantiene su compromiso antiterrorista

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegará hoy a Moscú, donde se entrevistará en el Kremlin con el presidente ruso, Vladímir Putin, a fin de normalizar las relaciones entre España y Rusia. Se trata de poner fin a las tensiones bilaterales generadas por la retirada de las tropas de Irak y el replanteamiento de la política antiterrorista por parte del Gabinete socialista. El momento es, sin embargo, delicado, debido a la implicación política del presidente ruso en las elecciones trucadas de Ucrania.

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Esta coyuntura se ha traducido en una elevación del tono de las críticas el líder ruso, no sólo hacia Estados Unidos, sino también a la Unión Europea. Zapatero tratará de encontrar un terreno común con su anfitrión, que por supuesto no puede ser el de los reproches a Washington, y, sobre todo, se empeñará en convencer a Putin de que el compromiso de España frente al terrorismo internacional no ha decaído, pese al cambio de política.

El líder ruso, que recibió a título privado al ex presidente José María Aznar el mes pasado, declaró en abril que el repliegue español de Irak era un triunfo de los terroristas.

El presidente español le presentará ahora datos como que España es el país que más supuestos terroristas islamistas ha detenido y uno de los que, a diferencia de otros europeos, no acoge en su territorio a chechenos sospechosos de terrorismo.

Reforma de la ONU

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A partir de ahí, no será difícil que los dos líderes coincidan en un enfoque común multilateralista de la política internacional, y en especial en sus apreciaciones de la situación en Oriente Próximo, de la línea que debe seguir la reforma de la Organización de las Naciones Unidas y de la necesidad de apoyar al secretario general de esa institución, Kofi Annan. Putin fue muy crítico con la invasión de Irak y los modos diplomáticos de George W. Bush, aunque luego criticara el cambio de posición de España.

Otro tema concreto de interés común es el del conflicto del Sáhara, ya que, además de miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Rusia es un elemento muy activo, y sensible a las posiciones del Frente Polisario y Argelia, en el Grupo de Amigos sobre ese tema, al que también pertenece España.

Un objetivo previsible español de esta visita es el de retomar el nivel estratégico de las relaciones que José María Aznar potenció en 2002 con un país que, pese a las deficiencias cada vez más evidentes en materia de derechos humanos y pautas democráticas, es considerado internacionalmente como un interlocutor imprescindible, aunque sólo sea por la importancia de sus ingentes reservas energéticas.

El desarrollo de las relaciones no ha estado a la altura de las intenciones declaradas hace dos años y el sistema de cumbres bilaterales anuales que se anunció entonces, similar a las que se celebran con Alemania o Francia, no ha tenido seguimiento. Ello se debió, en buena medida, a las diferencias surgidas en torno a Irak entre Aznar y Putin, que, sin embargo, mantuvieron una relación personal estrecha.

El tiempo tampoco ha favorecido la construcción de ese entramado de relaciones económicas que suele ser la base más firme de una relación política bilateral sólida. El nivel de los intercambios comerciales sigue siendo ridículo, no alcanza los 3.000 millones de dólares anuales, pese a que España es el primer destino turístico de los rusos.

Inseguridad jurídica

Y todo el esfuerzo hecho en tiempos del Gobierno de José María Aznar para que las empresas españolas invirtieran en las privatizaciones rusas ha resultado baldío, debido en gran parte a que Rusia no acaba de garantizar el nivel de seguridad jurídica que los empresarios necesitan.

El viaje actual queda, no obstante, lejos de esos objetivos, ya que se trata de una breve visita de trabajo, que se consumará en tres horas de conversaciones efectivas. El protagonista será el presidente Zapatero, sin más séquito que algún ayudante directo. Se trata, por tanto, de que los dos líderes se conozcan.

Ni siquiera estará hoy en el Kremlin el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, cuya comprometida comparecencia del pasado 1 de diciembre ante las Cortes obligó al presidente a suspender esta cita con Putin, programada inicialmente para aquel día. Moratinos tampoco puede viajar hoy a Moscú, porque tiene que asistir a la cumbre de la OTAN en Bruselas.

José Luis Rodríguez Zapatero, en La Moncloa.
José Luis Rodríguez Zapatero, en La Moncloa.ULY MARTÍN

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