Los diputados socialistas se comprometen a extremar su "responsabilidad individual"
El Grupo Parlamentario Socialista no ha querido ni ha sentido la necesidad de arrojar fuertes reprimendas ni llamadas de atención severas hacia sus diputados, ni en general ni el particular, por el revés del 25 de noviembre, cuando la ausencia de 18 parlamentarios del PSOE permitió el rechazo de la ley con la que se pretendía reformar el sistema de elección de los altos cargos judiciales.
El descalabro "inesperado" de aquel día ha provocado en el PSOE una catarsis interna y un sentimiento de culpa general que se puso de manifiesto en la reunión que el comité permanente del grupo socialista celebró cuatro días después, presidido por Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo, y en el que intervinieron la mayoría de los coordinadores de área. "Ha habido un exceso de confianza en el que no debemos volver a caer y, por supuesto, ha habido un compromiso espontáneo de extremar la responsabilidad individual".
Esta reflexión fue mayoritaria en esa reunión y al día siguiente en el plenario del grupo. De más de 20 intervenciones sólo tres o cuatro apelaron a la disciplina y al castigo. Pero en este asunto, en el que " innecesariamente" se ha abierto una crisis con el presidente del Congreso, Manuel Marín, y no se ha cumplido con la obligación, entre otras, de sostener un proyecto del Gobierno, el sentimiento de pesar es de tal calibre que no hace falta más sanción que la reglamentaria, es decir, 250 euros de multa por ausente, narra un miembro de la dirección.
Este interlocutor zanja el asunto acudiendo a la religiosidad. "En el pecado hemos llevado la penitencia".
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