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Un militar francés se encierra en un polvorín y amenaza con volarlo

La policía evacua a 400 personas de aldeas próximas al búnker

Un suboficial francés de 46 años se encerró el sábado por la noche en un depósito de explosivos del departamento de Marne (al noreste de París) que contiene 62 toneladas de municiones, principalmente granadas anticarro, y amenaza con volarlo si se le obliga a dejar el servicio activo el próximo día 17, en que cumple la edad de retiro prevista para su grado. Las carreteras de acceso han sido cortadas, se ha cerrado el espacio aéreo y se ha evacuado a los 400 habitantes de tres aldeas próximas.

El hombre se atrincheró en uno de la treintena de búnkeres subterráneos que contiene la instalación. Delante de la entrada del depósito dejó una carta dirigida al Ministerio de Defensa, en la que se explica: "Régis Le Tohic, artificiero, que sólo ha llegado a ayudante [equivalente a suboficial], ha participado en numerosas misiones arriesgadas, pero no ha sido ascendido a suboficial-jefe".

Con ese grado, habría podido continuar en el Ejército hasta la edad de 55 años, pero su solicitud fue rechazada a causa de "cierto número de problemas con su jerarquía", que afectaron a su expediente personal, según un portavoz militar. El prefecto del departamento explicó que "más que el deseo de quedarse en el Ejército, lo que parece mover a este hombre es una voluntad de rehabilitación personal".

La acción a la desesperada tiene en vilo a toda la comarca donde se encuentra el polvorín. El suboficial forma parte precisamente de la dotación del depósito de municiones, de modo que conoce bien aquellos lugares, la carga que albergan y la forma de hacerlos estallar.

Granadas por doquier

El búnker en que se encuentra tiene unos 150 metros cuadrados y está parcialmente lleno de granadas anticarro. Responsables de las fuerzas de seguridad tratan de tranquilizar a la población y a las fuerzas de seguridad desplegadas, afirmando que una eventual explosión no afectaría a las demás instalaciones, porque están protegidas y separadas unas de otras.

Los habitantes evacuados han sido acogidos en un gimnasio, y otros han preferido marcharse a casas de familiares en otros sitios. Unas 200 personas, entre policías y bomberos, están concentradas en torno a Connantray-Vaurefroy, el lugar donde se encuentra el polvorín, entre ellas el Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN). Parte de estos efectivos han sido asignados a la vigilancia de las aldeas evacuadas, para evitar pillajes.

El militar está divorciado y no tiene hijos, según informaciones de un portavoz del Ejército. Dos hermanas y un hermano del hombre encerrado se encontraban anoche en las cercanías, tratando de hacerle entrar en razón, junto con un abogado contratado por la familia. Las autoridades confirmaron la existencia de un contacto con él a través de sus familiares. También dijeron que la comunicación sólo puede ser directa, dado que había entrado en el polvorín sin llevarse un teléfono móvil.

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