Maragall dice que España debe confiar en una Cataluña que "no hace trampas"

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, se vistió ayer con sus mejores ropajes de apóstol de la España plural para pedir mutua confianza entre España y Cataluña y vencer los recelos entre poder central y autonómico. Con motivo del Día de la Constitución, el presidente catalán, contundente, aseguró: "Cataluña no hace trampas; España puede confiar en Cataluña, porque Cataluña juega y jugará limpio".

En un mensaje institucional, grabado en Girona y emitido anoche por televisión, el presidente catalán insistió: "Una Cataluña a la defensiva no conviene a nadie y una España a la defensiva, desconfiada, tampoco conviene a Cataluña".

Con la vista puesta en el horizonte del buen entendimiento, el presidente catalán propuso recuperar y poner al día el espíritu pactista inicial que engendró la Ley Fundamental. "La Constitución del 78 era la suma de un conjunto de pactos. Aceptaba la forma monárquica de gobierno. La Constitución propuso la generalización del sistema autonómico no solamente en las tres nacionalidades históricas que lo plebiscitaron durante la segunda República", aseguró el presidente catalán.

"Ahora", continuó Maragall, "debemos conseguir que el espíritu inicial de la Constitución sea respetado; que las nacionalidades sean nacionalidades y las regiones, regiones". Y, siguiendo el razonamiento sugerido por el presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, "que cada nacionalidad sea considerada como tal, como comunidad nacional", apuntó el presidente catalán.

En la estela también de Anselmo Carretero -nombre de cabecera autonómica para el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y hombre que acuñó el término de España nación de naciones-, Maragall afirmó: "Ahora es el momento del reconocimiento constitucional de las autonomías y de dar cabida a las diversas realidades que quieren convivir en la nación de naciones que es España". El momento, a juicio del presidente de la Generalitat, es óptimo para afrontar esa nueva etapa, sobre todo después de la lectura propuesta por el Gobierno del PP -"restrictiva y contraria a la dirección y a la dinámica que la Constitución de 1978 señalaba-, lo que "ha hecho perder unos años, porque el lugar de seguir avanzando se olvidó del pacto fundacional".

Ahora la situación es distinta, en opinión del presidente de la Generalitat. "Tenemos un nuevo Gobierno español dispuesto a reemprender al camino de avance hacia la España diversa y plural, prefigurada en la Constitución. El presidente Zapatero está demostrando determinación y coraje político para llevar adelante las reformas institucionales necesarias", dijo Maragall, quien agregó que el presidente del Gobierno español "ha propuesto dos cosas: una revisión del concepto de nación española y más respeto por el concepto de nación catalana... Esto no lo habíamos visto antes". El dirigente catalán aseguró compartir con Zapatero la convicción de que el éxito de la Constitución ha abierto la posibilidad de su reforma. "Estamos comenzando a ir más lejos. Todos juntos, Cataluña, Andalucía Euskadi, Valencia, Galicia... todos; España entera entendida como la libre unión de sus pueblos", sentenció.

Un nuevo Miravet

"Estamos ante la encrucijada que siempre habíamos soñado. Europa ha integrado a los 450 millones de personas que desde el siglo XIX se estaban haciendo mutuamente la pascua... y la guerra; España se reconoce diversa y da libertad y confianza a sus pueblos; Cataluña se afirma, crece libre y potente, retorna implicación y solidaridad, afecto por afecto; España, por fin, se expresa tal y como es: plurinacional y más europea que nunca", subrayó el presidente de la Generalitat.

Pero en este nuevo momento hay nubes en el horizonte. "España necesita un acuerdo como el de Miravet [para la reforma del Estatuto]; sin eso no habrá reforma constitucional", afirmó un Maragall que concluyó: "El mejor tiempo está aún por llegar, que nadie lo malogre por intereses de partido: Cataluña y España no se lo merecen".