El Consell y los rectores pactan las bases de una financiación adaptada a Europa

La velocidad a la que avanza la construcción europea -basada en la transformación económica a partir de cambios estructurales en la formación, la investigación y la transferencia tecnológica al entorno productivo- requiere de cambios urgentes y coordinados en la formación académica de los futuros "graduados" universitarios y de la articulación de un "sistema de competitividad" que implique a todas las Administraciones públicas, la empresa y la Universidad. El primer paso hacia la concreción de un Plan Plurianual de Financiación del sistema público universitario valenciano arranca con la elaboración de un Libro blanco, que sobre la base de los datos actualizados de todas las variables que inciden en la financiación del sistema, servirá de eje para la concreción de un plan adaptado al marco europeo de carreras, en julio de 2005, según se recoge en el documento suscrito el viernes pasado por la Generalitat Valenciana y las cinco universidades públicas.

Ésta es en la práctica la vocación expresa contenida en el documento marco hecho público que -más allá del compromiso oficial de cerrar el ejercicio presupuestario de 2004 y planificar con solvencia el primer semestre de 2005- sienta las "bases" que permitirán imprimir celeridad a la elaboración de un nuevo modelo adaptado al futuro Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Un modelo que implica un cambio radical en la formación universitaria -estructurada, no ya por años o cursos, sino mediante un sistema de créditos homologado en todos los países de la nueva Unión Europea ampliada- y que se empezará a aplicar en octubre de 2005 en todos los títulos y carreras de segundo y tercer ciclo.

Superada, pues, la parálisis de casi medio año que mantenía congelada la aplicación del modelo de Plan Plurianual de Financiación que se venía aplicando desde 1999 hasta su vencimiento el 31 de diciembre de 2003, la Generalitat se compromete -mediante una cláusula de garantía- a inyectar una dotación presupuestaria calculada sobre la base de la actualización del PIB regional de 1998 conforme al valor de referencia certificado al cierre de 2003, que se fijó en 69.289 millones de euros. Esto supondrá en conjunto unos 680 millones netos, que sumados a un plan paralelo de inversiones para las infraestructuras científicas más urgentes en cada campus, permitirá cerrar 2005 con un porcentaje de gasto público universitario en torno al prometido 1,2% del PIB regional.

Con todo, el eje central del acuerdo de ocho puntos se inscribe en el "inicio de la elaboración inmediata de un nuevo Plan Plurianual de Financiación que contemple la suficiencia financiera de las universidades, siguendo las pautas y garantías de calidad docente", a que obligará a partir de marzo próximo la puesta en marcha del nuevo Real Decreto de Postgrados adaptados al marco del EEES elaborado por el Ministerio de Educación y Ciencia.

Un sistema por el que los actuales títulos de segundo y tercer ciclo deberán superar los "criterios de calidad objetivos" que publicará el ministerio y evaluarán tanto la Agencia Nacional de Acreditación y Evaluación (ANECA), como sus homólogas a nivel autonómico.

La estructura del nuevo PPF, según el acuerdo suscrito, incluirá por primera vez la financiación de la I+D+i, en clave, eso sí, de las directrices anticipadas en el Decreto de Postgrados que diferencian tres itinerarios muy claros orientados a: la formación académica homologable al marco europeo, la movilidad interuniversitaria de científicos y grupos de investigación, y la empleabilidad de tecnólogos al entorno productivo regional y nacional. El documento valenciano reconoce, en la misma dirección que los decretos y estructuras que está poniendo en marcha el Gobierno socialista de Zapatero, que "las universidades tendrán que cobrar un papel, más relevante aún si cabe, como motores del desarrollo socioeconómico valenciano".

El quinto punto del acuerdo que sienta "las bases" del nuevo modelo de financiación -en palabras del rector de la Politécnica, Javier Sanz- pasa, no obstante por la "racionalización" y "optimización de los recursos, atendiendo a los perfiles y orientaciones de cada una de las universidades". Lo que anticipa la existencia de un consenso previo entre las universidades, que se plasmó ya en la elaboración de los estatutos adaptados a la LOU, para delimitar una "marca" o copyrigth que defina el perfil de cada campus, evite duplicidad de titulaciones y recursos, pero garantice la "flexibilidad" necesaria para poner en el mercado nuevos productos o títulos "interuniversitarios" a través de redes de centros o grupos de investigación.

La nueva consejería -que unifica por primera vez las políticas industriales, universitarias y científicas- cuenta para ello con un presupuesto adicional de tres millones de euros para financiar la definición de un marco estratégico quinquenal que articule un sistema valenciano de innovación.