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Los expertos del Congreso de Turismo advierten de que la presión urbanística ha saturado el litoral

La construcción de viviendas en la costa creció el doble que el número de habitantes

Lluís Pellicer

Transcurridos 50 años de la llegada del primer grupo de viajeros alemanes, buena parte del sector turístico se ha dado cuenta de que la presión urbanística ha vulgarizado el paisaje de estas poblaciones. El modelo urbanístico no sólo es insostenible desde hace décadas, mantienen los expertos que participan en el Congreso de Turismo de Cataluña, sino que también ha dejado a estas poblaciones sin suelo para actividades productivas. La construcción de viviendas en 20 años ha crecido el doble que la población censada y hoy hay 54 campos de golf más que hace 14 años.

"El Plan Estratégico de Turismo anunciado por la Generalitat debe basarse en la limitación del crecimiento urbanístico", concluyó la geógrafa de la Universidad de Girona (UdG) Rosa Maria Fraguell en las jornadas previas al Congreso de Turismo de Cataluña, que este mes definirá el nuevo modelo turístico catalán.

Fraguell se refirió al crecimiento de las segundas residencias. Entre 1981 y 2001 el número de viviendas construidas aumentó casi el doble que la población. El litoral catalán -salvo Barcelona- pasó de tener 622.246 habitantes censados a 849.877, lo que supuso un incremento del 36%, mientras que el número de viviendas alcanzaba las 665.133, el 60,5% más. El ritmo de construcción siguió en 2002, cuando sólo en la Costa Brava se edificaron más de 8.000 viviendas, según otro estudio de la UdG.

De este conjunto de viviendas, el 52,5% son segundas residencias, medidas a partir del volumen de viviendas no principales. La proporción es aún más alta en la Costa Brava (64,6%) y la Costa Dorada (71,3%).

Muchas de las segundas residencias han crecido alrededor de instalaciones turísticas como campos de golf o estaciones náuticas. En 1988, en Cataluña había nueve campos de golf, de acuerdo con datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat). Hoy ya hay 63 y se está estudiando la construcción de 5 más. "Es cierto que las instalaciones dedicadas al golf han racionalizado el uso del agua, pero muchos están vinculados a proyectos de urbanización", explicó el doctor en Geografía Humana de la UdG Joan Nogué. Estos campos representan, a su juicio, una "artificialización del paisaje que los rodea".

Los puertos deportivos también han cambiado la imagen de las playas. En 10 años, el número de puertos se ha incrementado el 30% pasando de los 34 que había en 1993 a los 45 de 2003, señalan datos del Idescat. "Son obstáculos para las corrientes marinas, que cambian su rumbo y acaban por comerse las playas", explicó Nogué.

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Las ponencias académicas del congreso han reclamado el freno a las políticas de expansión de las viviendas y han reclamado un nuevo sistema de financiación municipal para que los ingresos municipales no dependan de la concesión de licencias de obras.

Los alcaldes de la zona comprendida entre Lloret de Mar (Selva) y Calella (Maresme) anunciaron la construcción de dos palacios de congresos, un gran complejo deportivo, un parque temático y nuevas zonas de hoteles. La llegada de gobiernos de izquierdas tras las últimas elecciones paralizó varios de estos proyectos, pero el alcalde de Santa Susanna, Joan Campolier (CiU), mantiene su intención de construir un puerto en su localidad, a pocos kilómetros del de Blanes. "No se pueden construir más. Dicen que hay demanda. Pero con la situación actual no podemos trasladar la masificación al mar", remachó Nogué.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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