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Los moderados ganan poder en el socialismo francés

Tras la victoria del a la Constitución europea, el Partido Socialista francés decidió ayer destapar el tarro de las esencias para recuperar el poder perdido hace dos años y medio, con la vista puesta en las grandes citas electorales (presidenciales, legislativas) de 2007. El líder, François Hollande, se ha resuelto a recuperar para la ejecutiva a un nutrido grupo de ex ministros de Lionel Jospin, comprometidos a elaborar "un proyecto reformista de izquierdas".

La entrada de estos ex ministros permite a Hollande aunar la experiencia de la vieja guardia con el hecho de que él nunca ha estado en el Gobierno. Entre los recuperados figura la dama de las 35 horas, Martine Aubry, autora de la principal reforma introducida por el Ejecutivo de Jospin a finales de los noventa. La patronal ha intentado cargarse esa reforma de mil modos, apoyada por un sector del Gobierno de centroderecha, pero las 35 horas siguen siendo la jornada laboral en Francia, aunque ahora se admiten cupos de horas extraordinarias.

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A su lado, el ex ministro de Cultura y de Educación Jack Lang representa otra figura clásica, acérrimo defensor de la excepción cultural y de la escuela pública republicana y laica. El contrapeso viene por el lado de Dominique Strauss-Kahn, ex ministro de Economía, en otro tiempo partidario de reformar el sector público y defensor de una privatización, parcial y prudente, del gigante eléctrico EdF. Strauss-Kahn se queda como único moderado con posibilidades tras la derrota de su gran rival, Laurent Fabius, en el referéndum del miércoles entre los militantes sobre el tratado europeo. La troika de ex ministros se ha comprometido a "dar un contenido fuerte al reformismo de izquierda". A juicio de Strauss-Kahn, "lo que ocurrió con el en el referéndum fue la victoria de una línea europea, evidentemente, y ésta es una línea reformista".

Derrota de la izquierda

Tan ex ministro como ellos, Fabius no ha visto razones para dimitir de la dirección del partido, ni Hollande se ha atrevido a señalarle la puerta de la calle. El portaestandarte del no a la Constitución europea seguirá en la ejecutiva, con el rango teórico de número dos de la jerarquía. Por el contrario, Hollande ha pedido la renuncia al número cuatro, Manuel Valls; este joven partidario del no -de origen español- acepta marcharse, "encantado de ser sustituido por tantos ex ministros", ironiza.

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Hollande reunió ayer al Consejo Nacional del partido (equivalente al comité federal del PSOE), en el que también se sientan los representantes de las dos corrientes de izquierda socialista, perdedoras del referéndum interno junto con Fabius. "La palabra de los militantes se impone a todos", les advirtió, exhortándoles a alejar la tentación de continuar la batalla por el no en el referéndum nacional sobre la Constitución europea, que el presidente de la República, Jacques Chirac, debe convocar en 2005.

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