_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los presos

Supongo que la apreciación de Javier Solana, en nombre de Europa, de que no hay que ofrecer contrapartidas a Cuba para que libere presos, porque éstos están detenidos injustamente, es sólo un lema heroico -sobre las espaldas de otros héroes- en la línea de esta época militar y policiaca: no pagar, no negociar, no tratar con el malo. Antes fue de otra forma: si España se hubiera comportado así siempre, Cervantes -por ejemplo- habría muerto en Argel sirviendo de objeto sexual a su señor: no tendríamos El Quijote y no podría celebrarse ahora su centenario con buenas cantidades y premios para los autores. Estoy convencido de que Rivero y los hasta ahora liberados no habían delinquido, en el sentido democrático de la palabra: pero también estoy seguro de que los millones de cubanos en libertad sí sufren injustamente por el bloqueo de Estados Unidos, que cada día empeora, y que en lugar de producir la caída del régimen le ha hecho más duro.

No es un caso nuevo: las sanciones a Rusia la hicieron caer en el "comunismo de un solo país" y el "comunismo de guerra", que fueron desastrosos. Temo que la política de sanciones no sea más que una prueba de la contundencia de quien la aplica, incluso en los castigos ordinarios penales: la mayor dureza contra asesinos y torturadores de mujeres no ha hecho reducir la estadística de las agresiones, o al menos de los crímenes, y la solución habría que buscarla de otra manera. Pero ése es otro asunto.

Naturalmente el sancionador de Cuba no sólo pretende enfrentarse al régimen, sino producir en el país otro que vuelva a la situación anterior y deje las propiedades y los poderes en las manos de los antiguos propietarios. El efecto debería ser, también, el de evitar la propagación del comunismo por toda América, y no sabemos si ha conseguido algo: la medida de lo que no ha sucedido es imposible. Pero sí se sabe que en otros países la situación es igual o peor que en Cuba, y la democracia no es más que una simulación.

Creo que sí se deben ofrecer a Cuba medidas que ayuden a sacar a su población de la miseria digna y de la pobreza sonriente; y que su gobierno debe liberar automáticamente todos los presos políticos, poetas o gente iletrada y sin fama. Simplemente, por razones de justicia y de sensibilidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_