La necesidad de definir el terrorismo

El grupo de expertos para la reforma de la ONU criticó ayer con dureza el papel desempeñado por la organización en la lucha contra el terrorismo, que está poniendo en duda su "autoridad moral" para hacer frente a una amenaza creciente y compleja. Para corregir la situación proponen sentar las bases para una definición que permita a la ONU decir que el terrorismo "no es jamás una táctica aceptable".

El grupo de sabios es rotundo en sus conclusiones cuando aborda la amenaza que plantea el terrorismo para la seguridad: "Naciones Unidas no ha aprovechado de manera óptima los recursos de los que dispone". Es más, el panel advierte con preocupación de que la conocida como "guerra contra el terror" está vulnerando "los valores que los terroristas pretendían conculcar: los derechos humanos y el Estado de derecho". A esto se le suma el que los países no hayan podido aprobar aún un convenio internacional que incluya una definición compartida del terrorismo.

El informe recoge una fórmula sobre la que podría fundarse la definición y en la que describe el terrorismo como "cualquier acto

destinado a causar muerte o lesiones corporales graves a un civil o a un no combatiente, cuando el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un Gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo". Esa definición debería hacer referencia a los Convenios de Ginebra y a las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre la materia.

Pero el acuerdo sobre la definición de terrorismo se topa desde los años setenta con obstáculos políticos más que legales, como la exclusión de grupos que luchan contra la ocupación o el colonialismo. "Ninguna de las objeciones tiene mérito", señalan los sabios, "todos deben condenar clara e inequívocamente los atentados dirigidos contra civiles y no combatientes inocentes". Además, se propone que se refuercen las competencias del Comité contra el Terrorismo para coordinar la asistencia policial, militar y de control de fronteras entre los países.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, en la carta enviada junto al informe de los sabios, anuncia que tomará "rápidamente medidas para examinar y empezar a aplicar" las recomendaciones, con el objetivo de poder "establecer una nueva estrategia más eficaz, amplia y basada en principios". "Lograr una convención internacional sobre el terrorismo que incluya una definición es un imperativo político", remacha el informe.

El terrorismo es una de las seis amenazas identificadas por el grupo de alto nivel y ante las que se propone para hacerles frente "una redefinición del concepto de seguridad colectiva". El presidente del panel, el ex primer ministro tailandés Anand Panyarachun, insistió ayer en que se debe "reforzar el proceso preventivo" de la ONU -supervisión, inspecciones, verificación, mediación diplomática, conciliación y pacificación- para evitar que esas amenazas tengan "efectos más devastadores".

En este sentido, insiste en que el Consejo de Seguridad debe desempeñar un papel más "proactivo", y propone cinco criterios a seguir para autorizar la intervención militar en casos de legítima defensa, cuando la amenaza no es evidente. Anand señala que sus 101 propuestas, entre las que se incluye la ampliación del consejo de 15 a 24 miembros, bajo dos fórmulas, son "un punto de partida", y señala que el futuro de la organización está ahora en manos de los Estados miembros.

Kofi Annan, por su parte, espera ahora un debate "dinámico" en torno a las propuestas y que se logre un consenso para septiembre de 2005 sobre los cambios que necesita la institución para reforzar su capacidad de acción.