La pobreza alcanza al 18,5% de la población y afecta más a las mujeres y niños, según el INE
El 18,5% de la población española ha estrenado el siglo XXI en la pobreza (percibe menos del 60% del ingreso medio, situado en 2000 en 6.689 euros al año), una proporción superior a la media europea. Así, entre 1998 y 2001, España era el cuarto país con mayor proporción de pobres de los 15 que componían la Unión Europea (la media era del 15% de ciudadanos desfavorecidos), por detrás de Portugal, Grecia e Irlanda.
Las dificultades se ceban sobre todo en los niños menores de 16 años: la pobreza afecta a uno de cada cuatro frente al 19% de media comunitaria, según el estudio Pobreza y pobreza persistente en España. 1994-2001, difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística. Los niños, junto con los mayores de 65 años, son los grupos "más débiles". Ambos "soportan un riesgo de pobreza creciente en estos ocho años".
El estudio revela igualmente que las situaciones de necesidad son más frecuentes entre las mujeres (20,3% en 2001) que entre los hombres (17,3%). "Se confirma que también en este sentido la igualdad de género está muy lejos de ser una realidad en España", concluyen las autoras del trabajo, Marta Adiego y Cristina Moneo. La peor situación femenina se observa en todos los tramos de edad y la brecha mayor se da entre los mayores de 65 años: el 20% de los hombres y el 24% de las mujeres viven por debajo del umbral de pobreza.
Los hogares con mayores dificultades son los monoparentales, en gran medida con cabeza de familia femenina: algo más de 4 de cada 10 están en situación de pobreza, un nivel "alarmante", según las autoras. El segundo puesto en pobreza corresponde a los hogares formados por una pareja con tres o más hijos. Los hogares unipersonales son lo que menos sufren las situaciones de necesidad.
El informe señala que entre 1994 y 2001 la tasa de pobreza se ha reducido del 19,6% en 1994 al 18,8%, algo "esperanzador" si se mantuviera esa tendencia. Sin embargo, los datos son muy desiguales en función del sexo: mientras la pobreza masculina ha descendido en dos puntos, la femenina ha aumentado en algo más de medio punto.
