La losa del déficit público

Panamá acaba de aprobar sus cuentas públicas para el próximo año bajo el fantasma de un creciente endeudamiento fiscal heredado del anterior Gobierno. Para controlar este déficit, que llegará al 5% en 2004, se han destinado cerca de 2.000 millones de dólares vía presupuestos y bonos estatales, unas medidas que podrían poner freno al crecimiento actual de su PIB.

La nueva Administración busca racionalizar el gasto y aumentar la recaudación, por lo que ya ha anunciado una profunda reforma fiscal

Las cuentas prevén un gasto de 6.178 millones de dólares, un crecimiento real del 3,5%, una inflación del 1,5% y un déficit del 3,5% para 2005

Los primeros presupuestos de Martín Torrijos desde que asumió como presidente de Panamá en septiembre de este año, se han aprobado sin problemas. Las cuentas panameñas prevén para 2005 un gasto de 6.178 millones de dólares, un crecimiento nominal de la economía del 5% (un 3,5% real), una inflación del 1,5% y un déficit de 3,5% del PIB, aunque reflejan una creciente inquietud por el endeudamiento fiscal.

Es precisamente este desequilibrio en las cuentas públicas lo que más preocupa a los economistas locales, a los inversores internacionales y a los organismos financieros como el FMI. A pesar de este favorable panorama coyuntural reflejado en los presupuestos, la deuda pública panameña llega al 74% de su PIB, que equivale a 11.569 millones de dólares. El problema es que en 2004 el déficit fiscal cerrará en un 5% del PIB, y el próximo año, en un 3,5%.

La deuda ha sido uno de los problemas históricos de la economía panameña, que había podido ser controlada desde mediados de la década pasada gracias a un fuerte control del gasto impulsado por el FMI y una regulación interna que impedía a los Gobiernos superar un déficit del 2% del PIB.

Desequilibrio fiscal

Sin embargo, el Ejecutivo de Torrijos ha acusado a sus antecesores de romper esta tendencia y dejar las finazas públicas en una grave situación, que los ha obligado a aumentar su previsión de desequilibrio fiscal de un 2,7% -heredada del anterior Gobierno- a un 5%.

Según confirman informes publicados por el FMI y la CEPAL, el anterior Gobierno panameño se caracterizó por una política fiscal expansiva, que, junto a las expectativas de tratados de libre comercio con países extranjeros, lograron reactivar los sectores productivos de la economía. No obstante, este gasto no se vio compensado con la recaudación, ya que los ingresos tributarios cayeron un 6,8% en los cuatro primeros meses del año.

Para intentar solucionar estos desequilibrios, Torrijos ha destinado el 22,9% del presupuesto de 2005, equivalente a 1.417 millones de dólares, sólo a pagar deuda. A ello se suma la colocación de un bono estatal por 600 millones de dólares durante esta semana. A pesar de tener línea abierta con el FMI, ya que el último programa de financiación se terminó en 1998, las autoridades han descartado pedir nuevos préstamos.

Reforma fiscal

Las medidas de la nueva Administración también buscan racionalizar el gasto y aumentar la recaudación, por lo que ya se ha anunciado una profunda reforma de su estructura fiscal. Estas modificaciones incluyen reformar la financiación de la seguridad social, el aumento de algunos impuestos y racionalizar el aparato estatal.

El problema es que todas estas medidas pueden afectar negativamente el crecimiento del país, dinamizado en gran parte por el aumento del gasto público del Gobierno anterior. De esta manera, se ha reducido la previsión de crecimiento para el próximo año hasta el 3,5%, mientras que este año los pronósticos sitúan el alza del PIB entre un 6% y un 5%.

Así, es difícil que el nuevo Gobierno pueda cumplir con los retos económicos del país, como lograr reducir el elevado desempleo, que ya llega al 12,8% de la población, la modernización del Estado, el fomento de la competencia y el desarrollo del sector privado que genere la llegada de capitales extranjeros, y la modernización de la infraestructura básica.