Catástrofe
Una de las características de la Aznaridad, según Vázquez Montalbán, fue la irrupción de "una derecha faldicorta y consumidora de divorcios y preservativos". Hoy el autor quizá diría que el post aznarato refuerza su clásica y estratégica alineación con los obispos más conservadores, esos "débiles y perseguidos" que padecen "una planificada corriente de opinión antirreligiosa para ofrecer una imagen de la Iglesia retorcida y esperpéntica". Sólo por chinchar al Gobierno, Rajoy les compadece mientras "sus" instituciones prenden vela al diablo promocionando el sexo seguro. El Nobel Rolf Zinkernagel, brutalmente sincero, dice que puesto que nunca habrá una vacuna contra el Sida, la mejor vacuna es: información, prevención y condones. Tiene mérito sostener en la opusdeística Navarra que el rechazo del Vaticano a los preservativos es "una catástrofe" y que "ese mensaje no debería ser posible". Cada día se infectan con el VIH 14.000 personas, 2.000 menores de 14 años. Más de dos millones de niños y niñas son seropositivos y el año pasado murió medio millón. La monogamia no protege a las mujeres; al contrario, el matrimonio es un factor de riesgo: en Uganda, un tercio de las casadas sufre malos tratos y violaciones de maridos promiscuos, y en Camboya uno de cada cuatro responde con violencia contra la pareja que pida precaución. Sólo el 25% de los clientes de la prostitución acepta usar el condón, pagando menos. Las mujeres que lo exigen son despedidas. También las infectadas. El condón femenino está poco extendido y es demasiado caro. Los microbicidas tampoco representan, por ahora, la solución. En la última conferencia mundial celebrada en julio en Bangkok, líderes religiosos musulmanes, budistas y cristianos fueron reunidos y emplazados a movilizarse por el bien de la Humanidad. Algunos ya lo hacen. ¿Pero... hasta qué punto penetra la negativa influencia de la jerarquía católica? Quizá nunca lo sepamos. Ni el bien que hubiera podido hacer si el mensaje emitido desde los púlpitos y los medios de comunicación que domina estuviera de verdad al servicio de las personas. Hoy han muerto otros 1.400 niños. Que su Dios se lo demande.
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