"Entre Gallardón y yo no hay diferencia ideológica en absoluto"

Acaba de cumplir un año como presidenta de la Comunidad de Madrid. Ahora, este fin de semana, Esperanza Aguirre (Madrid 1952) saldrá elegida por sus compañeros presidenta del PP de Madrid. Hace un mes, la disputa entre ella y el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón suscitó un durísimo enfrentamiento, cuando éste pretendió que Aguirre aceptara que su vicealcalde, Manuel Cobo, optara a la secretaría general del partido. El choque concluyó con la retirada del número dos del regidor. En las próximas horas, el PP tendrá una nueva dirección, en sustitución del hasta ahora presidente, Pío García-Escudero, y del secretario general, Ricardo Romero de Tejada

Pregunta. ¿Para qué quiere ser presidenta del PP de Madrid?

"Muchas veces echo de menos a Aznar. Pero le admiro por haber hecho honor a su palabra y dejar el cargo en el mejor momento de su carrera"

"En mi primer año de gobierno yo me daría una nota muy alta. Pero, pensando en aquellos que no están de acuerdo conmigo, la media sería un 6"

Respuesta. En los años que llevo en política no me he postulado para ningún cargo. Me buscaron para que fuera concejal de Madrid; me nombraron ministra; me propusieron ser senadora, después presidenta del Senado; y después me nombraron candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Ésta es la primera vez en que voy a pedir a mis compañeros del PP que me elijan presidenta. ¿Y por qué? Porque creo que puedo ser útil para construir un PP que recoja todo lo que de bueno lleva en los últimos 11 años con García-Escudero y que afronte los retos enormes que tenemos ahora. Después de haber perdido unas elecciones generales por primera vez saliendo de un Gobierno de ocho años,Madrid tiene que ser el escaparate de la manera de hacer política del PP, como contraposición a la política de Rodríguez Zapatero.

P. ¿Pero para qué quiere ser presidenta?

R. Pues para que el PP en Madrid sea un partido sin complejos y con reflejos. ¿Qué quiero decir con sin complejos? Pues que el no ser de izquierdas no tiene que ser un estigma; se ha terminado ya la superioridad moral de la izquierda, y se ha terminado porque en la práctica se ha demostrado que las políticas centristas, liberales, conservadoras y reformistas han traído mayor progreso, mayor bienestar, mayor prosperidad, y en nuestro caso cinco millones de empleos más que las políticas de la izquierda. Hay en España millones de ciudadanos que no se sienten socialistas ni de IU ni nacionalistas, y a ésos tenemos que hacerles atractivo el PP. Tenemos que tener reflejos, quizá más de los que hemos tenido hasta ahora, para estar atentos a los cambios que se producen en la sociedad, de estar constantemente en la calle, de ser cercanos, de escuchar más, y, sobre todo, de no dar esa imagen que hemos proyectado de no estar implicados en los problemas de los ciudadanos.

P. ¿Admite que algo ha hecho mal el PP, que era la crítica de Alberto Ruiz-Gallardón?

R. Yo fui la primera persona, y yo creo que la única, que pronunció la palabra autocrítica en el congreso nacional del Partido Popular. ¿En qué contexto? Pues dije que el hecho de haber tenido un apoyo extraordinario el 14 de marzo en las circunstancias terribles que todos conocemos, podía cegarnos e impedirnos pensar que ha habido 600.000 ciudadanos que nos votaron en 2000 y que luego no nos han votado en 2004, y que hay sectores sociales, fundamentalmente los jóvenes, a los que tenemos que hacer atractiva nuestra organización, nuestros principios y nuestros valores.

P. ¿En vísperas del congreso regional, sigue sin saber si alguno de los fieles de Gallardón va a integrarse en su equipo?

R. Bueno, los que estamos en política sabemos que las listas se cierran el sábado por la noche. Por lo tanto, no hay que precipitarse. Hay tiempo.

P. ¿Pero sigue teniendo esperanzas de que va a integrar a alguien del equipo de Gallardón?

R. Tengo la convicción de que se van a integrar. Estoy segura de que sí, porque son personas que durante muchísimo tiempo han militado en el PP, que tienen una especial afinidad y admiración por Alberto Ruiz-Gallardón, justificadísima en mi opinión, pero que son, ante todo y sobre todo, personas del PP.

P. ¿Qué pasaría si ninguno de los fieles del alcalde...?

R. En ese caso yo había pensado... Primero, no lo contemplo, pero incluso en ese caso, yo dejaría libres algunos de los puestos de nombramiento del presidente por si cambian de opinión.

P. Tan lanzada como parece que está usted en su carrera, ¿le gustaría ser la primera presidenta del Gobierno español?

R. ¡Qué preguntita! Es que no puedo contestar esa pregunta, porque si digo que no, pues... Y si digo que sí, pues... Es como el obispo aquél que se bajaba del avión en Nueva York y le decían: "¿Qué piensa usted de las prostitutas?". Para poner un titular: "El obispo, nada más bajarse del avión preguntó qué pasaba con las prostitutas".

P. Insisto: le gustaría ser presidenta del Gobierno español?

R. Yo tengo mis ambiciones colmadas. Yo, con la excepción de la presidencia del PP de Madrid, nunca he aspirado a ningún cargo. Yo era una funcionaria del Estado, subdirectora general, cuando me ofrecieron ser concejal. Después, me ofrecieron ser candidata al Senado y luego me nombraron ministra de Educación. Ser ministra es el máximo honor de cualquier político. Nunca me podía yo imaginar que sería presidenta del Senado, y mucho menos que sería, ya con 50 años cumplidos, presidenta de mi comunidad autónoma.

P. ¿Este primer año de mandato lo considera un año triunfal?

R. No, yo me daría una nota muy alta, pero pensando en aquellos que no están de acuerdo conmigo creo que la media sería un 6. A mí me parece que se ha hecho muchísimo en este año: poner en marcha la mayor ampliación de metro, los ocho hospitales, limitar la espera quirúrgica a un máximo de 30 días, los 26 colegios bilingües... El Canal de Isabel II, dependiente de la Comunidad, ha traído a los Guerreros de Shian... El 400º aniversario del Quijote se va a celebrar en Madrid porque se tiene que celebrar en Madrid, porque Cervantes nace en Alcalá de Henares, porque se educa aquí en Madrid, porque el señor López de Hoyos era su maestro, porque viene a morir a Madrid, porque imprime el Quijote en la imprenta de la calle de Atocha, y porque está enterrado en el Convento de las Trinitarias, en la calle Lope de Vega. Madrid tiene que estar en la vanguardia de las celebraciones de los 400 años del Quijote.

P. En eso coincide con Zapatero.

R. Coincido en eso y en muchas cosas más.

P. Usted hace un magnífico balance de su primer año en el Gobierno regional. En cambio, Fausto Fernández, de IU, lo califica de "año de plomo", y Rafael Simancas, del PSOE, de año propagandístico.

R. Es la obligación de la oposición. Y yo si tuviera que puntuar a la oposición, la puntuaría muy alta, especialmente a Simancas. A Simancas le pondría un 8,5.

P. Volvamos al congreso del PP. Ha habido bastantes líos en Galicia, en Valencia... ¿Aquí va a haber lío?

R. El hecho de que aquí hubiera dos candidaturas hizo pensar a mucha gente que había división en el partido. Eso no es así... Yo tengo el máximo respeto por cualquiera que se presente, y mucho más por Manuel Cobo [vicealcalde de Madrid], que es el que se iba a presentar. Yo voy a tratar de favorecer la democracia interna si soy presidenta del partido en Madrid. Luego hay que hacer muchas elecciones en todos los distritos, los pueblos, y no voy a impedir que se presenten candidatos alternativos.

P. Entonces, pronostica que este fin de semana no habrá líos...

R. No, yo no pronostico nada. Lo que digo es que el sentido de la responsabilidad del alcalde y de Cobo hicieron que retiraran la candidatura, probablemente influidos por el peso de cada una de las alternativas en la junta regional.

P. ¿Y lo que ha ocurrido en Galicia, en Valencia, significa que está pasando algo en el PP?

R. Siempre que hay un proceso precongresual hay movimientos de la gente que quiere estar en los cargos. Siempre son muchísimos menos los cargos que las personas que aspiran a ellos, y ...

P. ¿Entonces todo se debe a una mera disputa por los cargos?

R. Se ha pretendido decir que entre Alberto Ruiz-Gallardón y yo, y lo mismo entre Zaplana y Camps, había una diferencia ideológica, y yo le puedo asegurar que en absoluto: los principios y los valores del PP los defendemos exactamente igual Ruiz-Gallardón y yo. Si hay gentes interesada que pueda pensar que él es más centrista que yo, yo puedo asegurarle que nunca en mi vida he tenido veleidades de otro tipo que liberales. Y eso a mí me parece más progresista en el sentido de que trae más progreso tener los impuestos bajos y hacer que la economía crezca. Lo hemos demostrado este año: 400.000 millones más de recaudación en la Comunidad de Madrid a pesar de haber bajado los impuestos.

P. ¿Y a qué se han debido las continuas fricciones que ha habido entre el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad?

R. Entre el inquilino de la Puerta del Sol y el inquilino de la Plaza de la Villa ha habido siempre disensiones públicas. El Ayuntamiento está enraizado en la ciudad desde hace muchos siglos y con una solera que no tiene la Comunidad de Madrid; pero la Comunidad es una institución mucho más moderna y con muchísimos poderes. La Constitución de 1978 se ha caracterizado por un proceso de descentralización a favor de las comunidades autónomas importantísimo y eso ha producido los lógicos choques entre instituciones. No son cuestiones políticas ni personales, sino institucionales: el Ayuntamiento es una institución con muchos poderes y muchas competencias, y yo cuando era concejal así lo sentía. Así que es evidente que entiendo muy bien lo que siente el señor alcalde.

P. ¿Echa de menos a José María Aznar?

R. No sabría qué contestar. Por una parte, Aznar ha sido un líder para el Partido Popular extraordinario durante 14 años y un presidente del Gobierno que ha sido el mejor que ha tenido España. Pero le admiro quizá más por haber hecho honor a su palabra y dejar el cargo en el mejor momento de su carrera política. Creo, por otra parte, que el partido ha hecho lo que tenía que hacer: el proceso de renovación con Mariano Rajoy. Muchas veces echo de menos a Aznar, pero le admiro todavía más por haber decidido irse.