La nueva Comisión arranca hoy bajo la amenaza de otra crisis con la Eurocámara
Barroso exige al vicepresidente Barrot que asuma las consecuencias de ocultar su condena
La nueva Comisión Europea, investida el jueves por la Eurocámara tras imponerle una remodelación previa y unos duros controles, inicia hoy su mandato bajo la amenaza de otra crisis. La preceptiva votación de los eurodiputados que avalaron a la Comisión que preside José Manuel Durão Barroso se celebró sin que éstos supieran que el comisario francés y vicepresidente al frente de Transportes, Jacques Barrot, fue condenado en 2000 por financiación irregular de su partido. Barroso, Barrot y el presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, han analizado este fin de semana las alternativas. Barroso exige a Barrot que reconozca ante la Cámara Europea su condena y asuma las consecuencias.
"El Parlamento no puede obviar lo ocurrido", han señalado fuentes próximas a Borrell.
"Hemos constatado que hay un problema" y Barroso "ha pedido a Barrot que reaccione y actúe", decían ayer colaboradores del político portugués que dirige la actual Comisión Europea, sin concretar en qué dirección debe producirse.
Estas fuentes insisten en que "ni Barrot ni Jacques Chirac[presidente de Francia, amigo del comisario] informaron de la condena" a Barroso. Éste ha exigido a Barrot que dé la cara y el sábado le comunicó a Borrell que el francés le remitirá por escrito los datos sobre su expediente judicial y que el comisario quedará a continuación a disposición de la Cámara.
"A partir del lunes", añaden las personas cercanas a Barroso, "puede ocurrir cualquier cosa; todo está abierto". Las diferentes fuentes consultadas este fin de semana sostienen que, si estalla una segunda crisis en la Comisión, difícilmente podrá aguantarla Barroso y su equipo. "Eso sí que será una crisis grave y profunda en la Unión Europea", dice un dirigente parlamentario.
Dos de los tres principales grupos de la Eurocámara ya han anunciado que no se quedarán con los brazos cruzados. El alemán Martin Schulz, líder de los socialistas (el segundo grupo, con 200 escaños de un total de 732), ha exigido aclaraciones inmediatas a Barroso y Barrot para hacer después "las recomendaciones que considere necesarias" a los suyos.
El cabeza de los socialistas españoles, Enrique Barón, cree que "es un tema grave en la UE" por mucho que los franceses hayan amnistiado a Barrot.
El británico Graham Watson, jefe de los liberales (88 eurodiputados), también ha pedido "rápidas" explicaciones y ha dicho que, pese a haber sido amnistiado, lo ocurrido con Barrot "lo descalificaría para ocupar cargos públicos en muchos Estados de la UE". "Muchos eurodiputados se sienten engañados", dicen en el Parlamento.
Y es que Ingrida Udre, la comisaria designada inicialmente por Letonia, fue apartada del puesto por estar siendo investigada por un caso de financiación irregular de su partido.
El grupo al que pertenecen tanto Barroso como Barrot, el del Partido Popular Europeo (PPE), que tiene más escaños que ningún otro (286), prefiere, lógicamente, "pasar página", como dice uno de sus dirigentes.
Ocho meses de cárcel
La mayoría de sus integrantes, incluido el propio Barroso, tampoco sabían que el comisario francés había sido condenado a ocho meses en 2000 y que fue inmediatamente amnistiado por el Gobierno francés.
La legislación francesa prohíbe la difusión de una condena cuando el afectado ha sido amnistiado, y en eso se basó el Gobierno francés actual y el propio Barrot para ocultar lo ocurrido en Bruselas, sede de la Comisión, y en Estrasburgo, sede del Parlamento.
El líder de este grupo, el también alemán Hans-Gert Poettering, que aspira a presidir la Cámara en la segunda parte de la legislatura, ha quedado debilitado por la gestión de la crisis que supuestamente había sido cerrada el jueves.
Poettering no pudo evitar que las presiones de una gran mayoría de eurodiputados provocaran que el polémico conservador italiano Rocco Buttiglione fuera apartado del nuevo Ejecutivo comunitario, del que siguieron formando parte los también criticados Lázsló Kovács, socialista húngaro, y Neelie Kroes, liberal holandesa.
Los conservadores, por tanto, fueron los únicos perdedores de la crisis anterior. Ahora, a Poettering y al PPE les ha surgido otra patata caliente de difícil gestión en sus filas. "Tampoco él aguantaría una segunda crisis", augura un dirigente de su formación.
La condena a Barrot, el comisario más veterano, con 67 años, se produjo como secretario general del partido político Centro de los Demócratas Sociales (CDS). La amnistía posterior fue aplicada a todos los políticos condenados, como él, a penas inferiores a nueve meses.
Para entonces, Barrot ya había sido ministro tres veces. Fue dirigente de la democristiana UDF (Unión por la Democracia Francesa) y después formó parte del reducido círculo de dirigentes que gestionaron la campaña para la reelección de Jacques Chirac, quien le recompensó en 2002 al nombrarle líder de los parlamentarios de la UMP (Unión por el Movimiento Popular) en la Asamblea Francesa. De ahí saltó a la Comisión, a la que ahora pone en peligro.
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