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Entrevista:ENRIQUE SÁNCHEZ | Estrategias - Adecco

"La temporalidad es mala para las ETT"

Amaya Iríbar

La temporalidad es un problema grave para el mercado laboral español. Tal vez por eso las empresas de trabajo temporal (ETT) han cargado desde su aparición en los noventa con la mala fama de fomentar una lacra que afecta al 31,2% de los asalariados -el triple que en la Unión Europea- y que se ceba en jóvenes y mujeres.

Al frente de este sector está la multinacional suiza Adecco, que en 2003 facturó 627 millones de euros en España. Su director general, Enrique Sánchez, asegura que la temporalidad es mala para su negocio y llama al sector a frenar la bajada de precios.

Pregunta. La temporalidad es un problema en España, ¿cuál es su diagnóstico?

Respuesta. No hay ningún motivo que justifique la tasa actual. Es mala para el país, las empresas y, sobre todo, los trabajadores. Y un reto para el Gobierno.

"Muchos puestos indefinidos se cubren con contratos temporales. No debemos encubrir las obligaciones de la empresa"

P. Resulta extraño que un directivo de una ETT critique la temporalidad.

R. Es contraproducente para nuestro negocio. El protagonismo de las ETT en el conjunto de la temporalidad es pequeñísimo: menos del 1% de la población activa está contratada a través de una ETT. Canalizar la temporalidad a través de estas empresas tiene un efecto reductor.

P. ¿Cómo?

R. En países como el Reino Unido, Francia, Holanda o Suiza, el protagonismo de las ETT cuadriplica el de España y la temporalidad es tres veces inferior. Las ETT gestionan de forma profesional la temporalidad con un sistema garantista para el trabajador. En España, además, alrededor del 30% de los trabajadores se incorpora a la plantilla de las empresas.

P. Eso contrasta con el caso de algunos jóvenes que encadenan más de 100 contratos en un año con una ETT.

R. Tenemos que hacer un contrato siempre que exista una razón estacional, como el incremento de actividad. Si ese puesto se convierte en indefinido, el contrato temporal pierde sentido. Gran parte de la responsabilidad de la temporalidad en España es que muchos puestos indefinidos se cubren con contratos temporales. Las ETT no debemos estar dispuestas a encubrir las obligaciones de la empresa con el trabajador.

P. ¿Ha cambiado la mala imagen del sector?

R. Empezamos mal porque las ETT teníamos nuestra tabla salarial, que era un agravio para el trabajador. A eso se unió la picaresca de un sector que empezaba. Ya pagamos el tributo. Desde 1999 el salario que pagamos es el mismo.

P. La equiparación salarial se produjo en un momento de boom económico y de la contratación, ¿las ETT asumieron ese sobrecoste?

R. En la mayoría de los casos se repercutió al cliente. Nuestro sector está muy competido. En los últimos años se ha estabilizado y los márgenes se han estrechado. El sector se desarrolló muy rápidamente entre 1994 y 1998 y luego hubo cierta contracción. Desde 1999 los crecimientos han sido de un dígito y han desaparecido muchas ETT.

P. ¿Adecco ha crecido en facturación y beneficios todos esos años?

R. Sí. Los primeros años trabajamos mucho en las ventas y el desarrollo de delegaciones, con fuertes inversiones en marketing. En los últimos tres años trabajamos los costes, a través de la reagrupación de actividades y de la inversión en tecnología. Somos un grupo de recursos humanos con ocho empresas. Más del 10% de la facturación y del 20% de los beneficios no viene del trabajo temporal.

P. ¿El objetivo es mantener esos porcentajes?

R. A cinco años la mitad del resultado debe venir de otras actividades, como la selección, la formación, el outsourcing y la recolocación.

P. ¿Son más rentables?

R. El trabajo temporal es un negocio de volumen, las otras actividades tienen márgenes más altos, pero con menos volumen. El proceso de diversificación ha sido estratégico. Ahora queremos mantener la cuota de mercado del negocio principal sin bajar los precios.

P. ¿Sus competidores les han seguido?

R. Algunos. Para nosotros es una necesidad para hacer bien las cosas. Si no, destruiremos el sector.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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