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Empleados de la ONU expresan su malestar con la gestión de Annan

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se enfrentó ayer a un examen sin precedentes por parte de su personal, que se queja de la gestión de las altas instancias del organismo internacional. Los funcionarios lamentan los escándalos que han surgido en el seno de la institución durante el mandato de Annan, el más reciente, relacionado con la gestión del programa Petróleo por Alimentos en Irak.

La dirección del sindicato de la ONU, sin embargo, clarificó ayer que no se trata de un voto de censura de todo el personal contra el secretario general y explica que el descontento viene de una parte del funcionariado, que tenía la intención de presentar una moción que expresaba "su falta de confianza" en la gestión actual. Al final se optó por una fórmula más suave en la que no se ataca directamente a Annan y que pide una mayor transparencia a las altas instancias.

La secretaría general, según explicó ayer el portavoz de Annan, tiene previsto reunirse con los dirigentes sindicales el próximo lunes para intentar solucionar el problema antes de que desemboque en una crisis mayor y mantener abierto el diálogo. "La relación con el sindicato de los funcionarios tiene altos y bajos", apostilló. La resolución, en todo caso, no tiene efecto legal alguno, reiteraron fuentes de la organización.

La tensión entre la secretaría general y el personal se remonta al ataque que la sede de Naciones Unidas en Bagdad sufrió en agosto de 2003 y que obligó a la organización a abandonar el país, después de que murieran una veintena de empleados. El segundo de Kofi Annan en la secretaría general, Louise Frechette, presentó entonces su dimisión. Pero Annan no la aceptó.

A esto se añade, según la resolución, un caso de nepotismo por parte del jefe de la OIOS -la unidad de control interno-, Dileep Nair, quien fue exonerado. El sindicato dice que no fue consultado tras presentar la queja, pero desde la ONU se dice que no se aportaron evidencias "firmadas". La protesta coincide con la campaña de la Administración de Bush y de la prensa conservadora norteamericana contra Annan por las irregularidades del programa Petróleo por Alimentos en Irak.

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