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Alemania pide una acción concertada internacional para frenar la subida del euro

La divisa europea marcó ayer un nuevo máximo, 1,3075 dólares por unidad

El vuelo hacia las alturas de la cotización del euro, que ayer batió todas las marcas y llegó a alcanzar los 1,3075 dólares, ha hecho sonar las alarmas en Alemania, cuya economía se sostiene gracias a las buenas cifras de la exportación. El ministro de Hacienda, el socialdemócrata Hans Eichel (SPD), calificó ayer de "brutal" la evolución del euro y se pronunció a favor de una reunión a puerta cerrada para discutir las cuestiones monetarias y lograr "una posición común de Japón Estados Unidos y Europa". La reunión podría realizarse este fin de semana durante la cumbre del G-20.

No le faltarán ocasiones a Eichel en las próximas horas de poner en práctica sus planes para frenar la subida del euro, que ayer se acercó a 1,31 dólares y en lo que va de mes se ha apreciado más del 6% frente al dólar, de cuya debilidad también se está beneficiando al yen japonés. Hoy en Francfort se celebra un congreso de banqueros bajo el lema Adiós Lisboa con asistencia de la flor y nata del gremio. En uno de los debates participan el presidente de la Reserva Federal de EE UU, Alan Greenspan, el del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y el vicepresidente del Banco de Japón, Kazumasa Iwata.

La reunión a puerta cerrada que pide Eichel podría celebrarse este fin de semana en Berlín donde se reúne el llamado G-20, los ministros de Hacienda y jefes de los bancos centrales de los siete países más ricos de mundo, más 12 emergentes y la UE. Juntos suman el 90% del producto interior bruto (PIB) mundial, el 80% del comercio y dos tercios de la población. Además de los representantes del G-20, asisten a la reunión de Berlín el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Rodrigo Rato, el presidente del Banco Mundial James Wolfensohn.

En el orden del día de la reunión de Berlín no aparece por ninguna parte la cuestión monetaria, pero ante la urgencia del tema se supone que se discutirá. No obstante, nadie espera que se llegue a resultados concretos para frenar el alza del euro y la caída del dólar que tanto inquieta en Alemania. El secretario del Tesoro estadounidense, John Snow, que se encuentra en visita oficial en Europa, ha declarado que Estados Unidos no desea aplicar ninguna medida concertada para intervenir en el mercado de divisas.

El vuelo del euro daña la competitividad de los productos alemanes en el área dólar. En el dictamen de los cinco sabios, un grupo de expertos, que se presentó el miércoles, las dos grandes incógnitas sobre sus pronósticos para 2005 son el precio del petróleo, que estiman en 40 dólares el barril, y la cotización del euro que calculan en 1,27 dólares.

La preocupación de Alemania por la "brutal" subida del euro responde al peso de la exportación, que se ha convertido en el motor y salvavidas de una economía casi estancada y con una demanda interna por los suelos. Por eso no faltan los que piden una intervención del BCE que frene la escalada del euro.

Aunque Trichet es el padre del calificativo de "brutal" sobre el vuelo del euro, no parece que el BCE esté por la labor de intervenir. El griego Nicolas Garganas, miembro del Consejo del BCE, en declaraciones al Financial Times Deutschland, reducía las expectativas en lo que el periódico llama "fantasías de intervención". Garganas no ve riesgos para la recuperación de la zona euro en la alta cotización de la moneda europea. Sostiene Garganas: "El crecimiento de la exportación depende sobre todo de las condiciones de la demanda del exterior y éstas todavía son favorables".

El representante griego en el BCE se muestra partidario de dejar a los mercados la "evolución de los tipos de cambio" y añade que "es un gran error creer que se puede corregir el déficit de la balanza comercial de EE UU con una modificación de los tipos de cambio".

Falta de precauciones

La agencia alemana de prensa DPA recogía unas declaraciones del jefe de los analistas del banco del Estado federado de Bremen, Folker Hellmeyer, en las que se pronuncia contra una intervención del BCE en términos drásticos: "El BCE no es la compañía de seguro a todo riesgo para los exportadores que no han hecho sus deberes". Según Hellmeyer, las empresas exportadoras han tenido todo el tiempo del mundo para tomar precauciones y haberse asegurado a tiempo contra las oscilaciones de los tipos de cambio.

Déficit por debajo del 3%

El ministro federal de Hacienda alemán, el socialdemócrata Hans Eichel (SPD), se mostró ayer dispuesto a hacer propósito de enmienda y aseguró que para el año próximo el déficit público se mantendrá en un 2,9% del PIB. Si se cumple este propósito, que el gremio de economistas conocido como los cinco sabios ha puesto en duda, Alemania volvería al buen camino tras incumplir por tres años consecutivos con el Pacto de Estabilidad europeo.

Eichel anunció sus buenos propósitos tras la reunión mantenida ayer en Berlín del Consejo de Planificación financiera en el que participan el Gobierno federal, los 16 Estados federados y representantes de los municipios. Tras la reunión de Berlín se llegó a un compromiso para "crear las condiciones para recuperar la capacidad de actuación y la consolidación sostenible de las finanzas públicas" e incluso "por medio de una consecuente reducción de las subvenciones".

Este punto es la auténtica madre del cordero. Ningún Gobierno se muestra dispuesto a pegar un tajo a sus subvenciones.

Si se intenta recortar subvenciones a la minería del carbón ponen el grito en el cielo los socialdemócratas (SPD) que temen perder su clientela en las cuencas mineras del Ruhr.

Cuando Hans Eichel solicita suprimir las subvenciones a la adquisición de vivienda, los democristianos (CDU/CSU) se tiran al monte porque eso perjudica a la clientela electoral pequeñoburguesa.

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