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La feria Loop convierte Barcelona en la capital temporal del videoarte

El evento cuenta con más presencia internacional y un extenso 'off'

En cada habitación, una historia. Reales, inventadas, poéticas, agresivas, mínimas, virtuales... El recorrido por la primera planta del hotel Barceló Sants, de Barcelona, sede de la feria Loop de videoarte (www.artbarcelona.es), es lento, pero estimulante. En su segunda edición ha crecido en número y en presencia internacional, reuniendo hasta el domingo a 57 galerías de 14 países. El off Loop, que dura hasta el 28 de noviembre, también se ha multiplicado y se presenta en 130 espacios de la ciudad, desde galerías o museos a bares y librerías.

Loop, una iniciativa de la asociación de galerías Art Barcelona, pretende ser punto de encuentro de coleccionistas, galeristas, artistas y críticos. Los vídeos, que se vendían entre los 30 y los 65.000 euros en función del artista y del número de ejemplares puestos a la venta, se presentaban en forma de proyección sobre una pantalla de dos metros y medio de largo o, también, en grandes monitores de pantalla plana o en televisiones tradicionales.

La variedad de las propuestas que pudo verse ayer en la feria reflejan los múltiples caminos que recorre ahora mismo el videoarte. La inspiración documental va remitiendo, aunque pueden verse trabajos interesantes en esta línea como, por ejemplo, Postcard to a Ballerina (2004), de Eva Koch (galería Magda Bellotti), que se centra en una anécdota de un viaje con el tren transiberiano; Lalo's story (2004), de Fiket Atay (Chantal Crousel), en la que el artista turco de origen kurdo graba una tradicional explicación cantada centrada en la muerte a manos de la policía de un amigo del protagonista; Paulicéia Desvairada. Visôes do Perímetro (2004), de Dionisio González (Max Estrella), una mirada panorámica a una favela de São Paulo, o Boomeran (2003), de Alejandro Campoy (Canem).

Sorprende este año la gran cantidad de vídeos de animación que se sirven de una compleja posproducción digital. También abundan los filmes en blanco y negro que, o bien fueron rodados originalmente en 16 milímetros, o han sido tratados digitalmente para envejecerlos. Es el caso del vídeo a partir de Lautreamont de Jean-Michel Othoniel (Senda) o del curioso montaje en clave de musical de cine cómico que realiza el artista Timothy Hutchings sobre fotografías del desaparecido edificio Larkin de Whright (I-20).

Las piezas poéticas o que enfatizan un gesto, como la metáfora erótica del vídeo Confianza quería penetrar (2004), de Javier Peñafiel (Joan Prats), o Transformando mi sombra en una huella, de Rúben Ramos Balsa (Fúcares), son otros caminos que enlazan con una tradición más ligada a la performance, muy presente en la feria de la mano de artistas como Marina Abramovic (Ernst Hilger / La Fábrica) o la israelí Sigalit Landau (Anita Beckers), que presenta uno de los vídeos más duros en el que la misma artista juega con un hula-hup de alambre de espinos que van lacerándole la piel.

Destaca también el vídeo de Bigas Luna Lactatio (2003), que se vende con un aparato que permite congelar la imagen (Metropolitana), o el estreno del filme Deu dits (2000-2004), de Frederic Amat (Carles Taché), protagonizado por las expresivas manos de la actriz Teresa Calafell. Otros artistas como Muntadas, Susana Solano, Tere Recarens, García-Alix o Susy Gómez participan también en esta feria, que ayer vivió una concurrida inauguración.

Proyección del filme <i>Dance,</i> del artista Jan Eilhardt, en la habitación de la galería M+R Fricke, en Loop.
Proyección del filme Dance, del artista Jan Eilhardt, en la habitación de la galería M+R Fricke, en Loop.TEJEDERAS
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