Inglaterra prohibirá fumar en puestos de trabajo y restaurantes

El Gobierno laborista presentó ayer su particular tercera vía para acabar con el tabaquismo pasivo en Inglaterra: se prohibirá fumar en todos los locales públicos, incluidos centros de trabajo, bares y restaurantes, con dos significativas excepciones: aquellos pubs que no sirvan comidas preparadas y los clubes privados cuyos socios acuerden mantener el derecho a fumar.

La medida va más allá de la autorregulación que proponía el gremio de bares, pero fue calificada de "una gran oportunidad perdida" por los sectores que defienden la prohibición total de fumar en público.

La propuesta fue presentada ayer en el Parlamento por el ministro de Sanidad, John Reid, en forma de un libro blanco sobre salud pública que cubre no sólo el problema del tabaco, sino también la obesidad, las enfermedades de transmisión sexual, el alcohol y la salud mental. Las propuestas se introducirán en el programa electoral del laborismo. Propuestas similares serán discutidas por la Asamblea de Gales. El Gobierno de Escocia promueve la prohibición total del tabaco en locales públicos.

En el calendario desvelado ayer por Reid, en 2006 se prohibiría fumar en los edificios del Gobierno y del sistema público de salud; en 2007, en todos los lugares públicos cerrados salvo en los pubs y lugares con licencia para suministrar alcohol: se prohibiría desde 2008 en los que sirvan comidas preparadas. Se estima que ahora el 90% de los pubs deberían prohibir fumar, pero parte renunciarán a servir comida para no perder a la clientela fumadora, según Mark Hastings, de la Asociación Británica de Pub y Cerveza. "No deja de ser extraño que el Ministerio de Salud implante una política que nos lleva a la bebida", declaró a la BBC. La asociación ve innecesaria la propuesta del Gobierno porque asegura que el sector está dispuesto a autorregularse y liberar de tabaco el 80% de la superficie de los pubs.

"En una sociedad libre, los hombres y las mujeres tienen el derecho a, dentro de la ley, escoger su propio estilo de vida, incluso si ello daña su propia salud", dijo John Reid en el Parlamento al explicar por qué el Gobierno ha renunciado a la prohibición total en los pubs. "Pero", añadió para explicar por qué ha decidido intervenir aunque sea de manera parcial, "la gente no tiene derecho a dañar la salud de otros o a imponer un grado intolerable de molestias a los demás".

En el libro blanco, el Gobierno se ve obligado a crear un entorno que invite a la gente a adoptar modos de vida saludables, pero reconoce que no puede forzarla a volverse saludable. Las propuestas han sido elaboradas tras una consulta pública a 150.000 personas.

En materia de obesidad, el texto propone que desde mediados de 2005 el etiquetado especifique los contenidos de materia grasa, azúcar y sal; que las televisiones acuerden un marco voluntario para restringir los anuncios de comida basura o lo hará el Gobierno por ley en 2007; pone énfasis en que las escuelas suministren a los niños comida sana y deporte tanto dentro como fuera de las horas escolares y compromete inversiones de 1.500 millones de euros en instalaciones deportivas en la escuela.