El documental de Canal + 'Rejas en la memoria' libera el recuerdo de los presos políticos del franquismo

Cuando fue puesta en libertad, con 37 años, "no sabía comer con tenedor y cuchillo", reconoce una presa. Fue tan largo el silencio, que las cuerdas vocales tardaron en responder cuando salió a la calle, añade el poeta Vidal de Nicolás. Josep Subirats, padre del Estatut catalán de 1978, más que por el hambre se recuerda dominado por la sed. Éstos son sólo parte de los testimonios que recoge Rejas en la memoria, el documental con el que Canal + da esta noche (22.00) "un paso más para saldar la deuda de gratitud" contraída con las víctimas de la represión franquista, apunta Elena Sánchez, directora de antena de la cadena de pago.

"El siglo XXI nace con nubarrones aún más oscuros que los del XX", se lamenta Miguel Núñez, ex militante comunista que permaneció 17 años en las cárceles franquistas. "No hay que repetir errores", completa Santiago Carrillo, histórico dirigente del PCE, y ello le lleva a abogar por "el mantenimiento de la memoria histórica" -"sin revanchas"- que propone Rejas en la memoria, largometraje documental dirigido por Manuel Palacios (Gitano) que cuenta como narradora con Rosa María Mateo.

Como apunta el político y escritor Jorge Semprún, sólo un "pacto de amnesia" -o "del olvido", según el historiador Paul Preston- permitió la llegada de la democracia en los años setenta. Antes había que borrar de la memoria que en el aún cercano 1962 se había cerrado en Los Merinales (Sevilla) el último de los campos de concentración por los que, desde el 5 de julio de 1937, pasaron cerca de medio millón de españoles. Palacios dedica el filme "a los que cayeron" en el montaje de más de 200 horas de grabación, sin incluir las imágenes de archivo. Entre los testimonios de los supervivientes de los campos se intercalan opiniones de políticos, escritores e historiadores, como Alfonso Guerra, Marcelino Camacho, Juan Luis Cebrián, Iñaki Gabilondo, Luis María Anson, Javier Tusell o Santos Juliá.

Rejas en la memoria se estrenó en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián 2004, y desde hace dos semanas se exhibe en salas comerciales. Y no dejan de llover peticiones de copias de la cinta desde ayuntamientos, colegios, asociaciones..., apunta Elena Sánchez.