Deducciones
La reforma del IRPF, su simplificación, la reducción del número de tramos tarifarios, y la de la propia tarifa media, formaba parte de las ofertas más destacadas del programa con el que el PSOE acudió a las pasadas elecciones generales. Una de las consecuencias de la eventual concreción de ese propósito será la reducción (cuando no la eliminación) de algunas de las deducciones que hoy incorpora ese impuesto; tanto mayores cuanto más se rebaje el tipo medio. Las deducciones por adquisición de primera vivienda y por las asignaciones a planes de pensiones son dos de las más importantes. Son también factores que condicionan de forma significativa decisiones económicas de alcance frente a otras alternativas posibles. Así ocurre con la adquisición de vivienda en propiedad (especialmente con su persistente encarecimiento, que se mantiene por encima del 17%) o el destino del ahorro hacia los planes de pensiones.
El anuncio realizado por el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de suavizar (esto es, rebajar) la deducción por los planes de pensiones entra en el terreno de la lógica. Pero es cierto que una advertencia tal, fuera del contexto de la reforma integral del IRPF, puede generar cierta sorpresa, incluso alarma. Es razonable que una vez reducida la tarifa del impuesto cada contribuyente decida la modalidad de cobertura financiera de su retiro, sin que el Gobierno tenga que incentivar opciones concretas. Pero es igualmente cierto que desde los primeros Gobiernos socialistas se ha intentado fortalecer los planes privados de pensiones como vía complementaria del sistema público y, de paso, hacer lo propio con los mercados de capitales en el sistema financiero español.
La práctica de los globos sonda o reflexiones "en voz alta" se concilia poco con la transparencia que ha asumido este Gobierno en sus actuaciones económicas. Más vale que sólo cuando haya madurado sus propuestas de reforma impositiva las someta de forma conjunta, permitiendo a los distintos agentes económicos implicados la adecuación de sus decisiones con la anticipación suficiente. De lo contrario, las buenas intenciones pueden convertirse en innecesarias señales de alarma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Opinión
- MEH
- VIII Legislatura España
- Presidencia Gobierno
- Fondos pensiones
- Créditos hipotecarios
- IRPF
- Ahorro
- PSOE
- Ministerios
- Mercado hipotecario
- Legislaturas políticas
- Hacienda pública
- Impuestos
- Tributos
- Partidos políticos
- Fondos inversión
- Créditos
- Política económica
- Finanzas públicas
- Gobierno
- Mercados financieros
- Servicios bancarios
- Empresas
- Administración Estado