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Los partidos holandeses exigen al Gobierno que persiga a los radicales islámicos

Los dos presuntos terroristas detenidos en La Haya recibieron entrenamiento en Pakistán

Isabel Ferrer

El Gobierno holandés adoptará medidas para combatir el extremismo musulmán, tras los llamamientos a la unidad realizados por la reina Beatriz y la exigencia de todos los partidos políticos, expresada ayer en el Parlamento, de lanzar una lucha sin cuartel contra los radicales. La sociedad se encuentra conmocionada tras los últimos sucesos. El miércoles, dos presuntos terroristas islámicos se enfrentaron a la policía en La Haya; un joven llamado Mohamed B. asesinó semana pasada al cineasta Theo Van Gogh y desde hace días se suceden las quemas de mezquitas e iglesias cristianas.

Confrontados con la realidad de la existencia de células extremistas en su territorio, los partidos políticos holandeses exigieron ayer al Gobierno medidas concretas y una lucha sin cuartel contra el islamismo radical. Antes del debate, los ministros de Interior y Justicia, el liberal Johan Remkes y el cristianodemócrata Piet Hein Donner, trataron de frenar cualquier crítica al remitir una nota al Parlamento en la que explicaban las dificultades para para prevenir lo ocurrido.

En ella se dice que los servicios secretos habían detectado que Mohamed B. "empezaba a volverse más radical, aunque seguía siendo una figura secundaria" en el grupo de Amsterdam. Detenido el 29 de septiembre por viajar sin billete en los transportes públicos, en sus documentos había datos que le relacionaban con la red terrorista formada en la capital holandesa y sus alrededores. Aunque su teléfono fue pinchado entre el 9 de agosto y el 21 de octubre ambos ministros afirman que nada permitía prever que iba a matar a Van Gogh.

Para cuando esta explicación llegó al Parlamento, la policía había anunciado que en el piso de La Haya fueron halladas tres granadas de mano. Según los agentes, Ismail A. y Jason W. , los presuntos terroristas detenidos el miércoles tras un sitio de varias horas pudieron recibir entrenamiento en Pakistán. El primero es holandés de origen marroquí; su amigo, hijo de un estadounidense y una holandesa, se convirtió al Islam hace cinco años. Ambos formaban parte de un grupo de jóvenes musulmanes radicales con base en Amsterdam. Su líder ideológico y espiritual, el sirio Redouan Al-I., alias Abu Jaled, también mantuvo contactos con Mohamed B., acusado del asesinato de Theo van Gogh.

Poco convencidos por los argumentos de los ministros, los diputados de los partidos de la oposición se preguntaron si no habría sido posible actuar antes, o con mayor contundencia, para evitar la muerte del cineasta. También quisieron saber si se hubiera podido desmantelar a tiempo una red terrorista que parece haber echado sus primeras raíces en los Países Bajos.

Entre las propuestas para evitar situaciones similares figura la de Geert Wilders, ex diputado liberal y ahora único miembro de su propio grupo. Amenazado de muerte desde que se mostrara partidario de frenar la inmigración musulmana, Wilders pidió que fuera elaborada una legislación especial que faculte la detención de "terroristas potenciales".

Su antiguo jefe y portavoz parlamentario en el grupo de los liberales del partido VVD, Jozias van Aartsen, solicitó que no se extendieran licencias de apertura a las mezquitas que abogaran por la violencia. Jason W. , resultó herido en un hombro en el asalto del miércoles en La Haya, cuando visitaba la mezquita Al Fourqaan, en Eindhoven, considerada radical por las autoridades holandesas. Se teme que en dicho templo sean adoctrinados jóvenes para la guerra santa. Sus responsables niegan cualquier actividad de esa clase.

Los partidos cristianos aprovecharon su turno en la Cámara Baja holandesa para rogar que los sospechosos de actos terroristas puedan permanecer más tiempo en prisión preventiva. Así podrían examinarse a fondo todos sus contactos.

Justicia e Interior proponían en su carta al Parlamento que pudiera apartarse de sus funciones a los que prediquen la violencia, al tiempo que anunciaban que la policía y los servicios de inteligencia verán ampliados su presupuesto y efectivos. Los ministros Remkes y Donner sostienen que es preciso elaborar una "estrategia que sirva para aislar social e ideológicamente a los grupos de radicales musulmanes que apoyen la violencia contra las formas de vida de las sociedades occidentales". A su vez, les parece que vale la pena involucrar a los musulmanes moderados en la sociedad holandesa para que ejerzan de contrapeso desde su propia comunidad.

Varios policías armados hacen guardia cerca de la casa de La Haya donde se refugiaron los extremistas.
Varios policías armados hacen guardia cerca de la casa de La Haya donde se refugiaron los extremistas.AP

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