Zapatero recibe al embajador de EE UU en un clima de "colaboración constructiva"
La Moncloa interpreta la visita de Argyros al presidente como un primer signo de "distensión"
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el embajador norteamericano en España, George L. Argyros, se entrevistaron ayer en La Moncloa dónde cruzaron mensajes de "colaboración constructiva" entre ambos países. La entrevista, de casi dos horas de duración, celebrada a petición del embajador norteamericano, con motivo de su marcha el día 22, se mantuvo en un "clima cordial", según La Moncloa, que interpreta el encuentro como un primer signo de "distensión", tras la falta de respuesta del presidente George Bush a la llamada de Zapatero del pasado día 3.
La conversación entre Zapatero y Argyros, que se inició a las 18.00 y culminó a las 19.40, no fue meramente protocolaria y de despedida del embajador norteamericano. Argyros se extendió con el presidente del Gobierno en detalles sobre los tres "buenos años" que ha pasado en España y en una exposición de sus proyectos de futuro.
Aunque Argyros no trasladó a Zapatero un mensaje personal de Bush, tanto el presidente del Gobierno como el embajador norteamericano coincidieron en la necesidad de mejorar las relaciones entre los dos países y de que transcurran en un cauce de normalidad y estabilidad. Ambos señalaron en el encuentro las "importantes" áreas de colaboración entre Estados Unidos y España.
Dieron repaso a la colaboración existente en la lucha contra el terrorismo internacional, especialmente contra las redes islamistas radicales. Se refirieron a la participación común en las misiones de paz en Afganistán así como en los Balcanes. Hicieron especial mención a la necesidad de recuperar el proceso de paz en Oriente Medio así como la Hoja de Ruta cuando se acaba de producir el fallecimiento del líder palestino, Yasir Arafat. Tampoco faltó una referencia al campo de colaboración existente en Iberoamérica.
La Moncloa concedió ayer importancia a este encuentro, de casi dos horas de duración, como un "signo de distensión" cuando el presidente norteamericano no ha respondido a la felicitación que el presidente español le envió hace ya una semana con motivo de su victoria electoral del dos de noviembre. Las relaciones del Gobierno con el propio Argyros se tensaron cuando el 12 de octubre no acudió ni a la recepción del Palacio Real ni al desfile militar con motivo de la Fiesta de la Hispanidad. El embajador explicó claramente que su ausencia era una respuesta a la actitud de Zapatero que el pasado año, en la misma fiesta, permaneció sentado cuando desfiló delante de la tribuna una representación de las fuerzas armadas norteamericanas participantes en la guerra de Irak.
El encuentro de ayer trató de quitar importancia a este asunto y tanto Zapatero como Argyros resaltaron cómo las relaciones al "día a día" tienen una normalidad por encima de algunos desencuentros. Pusieron como ejemplo cómo España ha repatriado a 90 civiles norteamericanos de Costa de Marfil.
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