Exceso de revoluciones
Los siempre misteriosos caminos de la producción cinematográfica española han provocado que el director Juan Calvo haya tenido que esperar nueve años para dar el salto al largo desde que Hotel Oasis, excelente corto rodado en Estados Unidos, le proporcionase un buen puñado de premios. Aunque, quizá más sorprendente aún sea que su debut como cineasta mayor se produzca con una película tan opuesta a aquel éxito. Donde allí había drama de sentimientos en la estela del cine independiente americano de los noventa, aquí no hay más que una fallida comedia de enredo pretendidamente clásica.
Los animados títulos de crédito y la buena banda sonora de Federico Jusid (de lo poco salvable de la película) dan a entender en sus primeros minutos que el objetivo es instalarse en los márgenes de la alta comedia americana, en la órbita de directores como Richard Quine o Vincente Minnelli. O al menos acercarse un tanto, porque tales nombres parecen palabras mayores, a otras buenas tentativas del cine español en este ámbito, por ejemplo al Manuel Gómez Pereira de El amor perjudica seriamente la salud. Sin embargo, este tipo de comedias requiere un absoluto autocontrol para no pasarse de vueltas, cosa que no consigue Di que sí en ningún momento. La sobreactuación de sus protagonistas y el despropósito de las situaciones, algunas rayanas en la estupidez (la prueba de cocina y planchado; la secuencia de la crema en la playa; los continuos giros a la rotonda con la furgoneta...), llevan la historia a un territorio en el que cada una de las subtramas parece tener un estilo distinto. Mientras la historia de amor entre los personajes de Paz Vega y Santi Millán, basada en la efectiva incompatibilidad de caracteres, se mantiene casi en todo momento en las coordenadas del romance de color blanco, algunas tramas secundarias giran hacia el formato más excéntrico y despendolado, como son las protagonizadas por Santiago Segura y, sobre todo, Pepe Viyuela, tan excedida de revoluciones que sólo se aguanta porque, a pesar de la locura del personaje y de las desventuras que Calvo le ha escrito, el actor (y es el único) nunca da una rotación de más al tornillo de su interpretación.
DI QUE SÍ
Dirección: Juan Calvo. Intérpretes: Paz Vega, Santi Millán, Pepe Viyuela, Santiago Segura. Género: comedia. España, 2003. Duración: 90 minutos.
De este modo, Di que sí deambula durante dos tercios de su metraje hasta una media hora final repleta de absurdas persecuciones automovilísticas y erróneos disparos a bocajarro que la colocan en la línea de otros fracasados productos nacionales ambientados en la televisión, caso de El grito en el cielo (Sabroso y Ayaso, 1998).
Babelia
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