El Parlamento reconoce la figura de Infante tras tener que rectificar errores históricos
Los partidos piden que se anule la condena que se dictó contra el dirigente andalucista
El Parlamento andaluz hizo ayer por fin una declaración institucional para reivindicar la figura de Blas Infante, casi un mes de después de que los grupos políticos -a raíz del homenaje al catalanista Lluis Companys- salieran en cascada a reclamar el reconocimiento del llamado "padre de patria" andaluza. Los borradores de la declaración han tenido que ser corregidos por inexactitudes históricas. El texto definitivo evita entrar en profundidades y se limita a reconocer a Infante como "presidente de honor de la Junta Regional" y pedir la anulación de su "condena".
La premura por hacer justicia a Blas Infante y su contribución a la autonomía fue una reacción mimética a la promesa del Gobierno central de revisar el proceso y fusilamiento del presidente de la Generalitat Lluis Companys mediante "una ley especial". Los partidos andaluces reclamaron enseguida igual trato para Infante y registraron diversas iniciativas en la Cámara para que se anulara la sentencia de 1940 que justifica el fusilamiento del andalucista, cuatro después de su muerte, y de paso, para se le reconociera también como "presidente de honor" de la autonomía.
Este último extremo se basaba en la afirmación, recogida al menos en los dos primeros borradores de la declaración, de que la última de las asambleas preautonomistas de la República, celebrada pocos días antes de la Guerra Civil, "nominó a Blas Infante presidente de honor de la futura autonomía". Expertos y estudiosos de los inicios del andalucismo han negado este hecho, que consideran carente de rigor, y aseguran que la presidencia de honor del "padre de la patria" era de un órgano operativo o asamblea que se encargaría de aprobar el anteproyecto de Estatuto.
Este órgano se denominó "Junta Ejecutiva Regional", y estaba compuesto por los presidentes de las diputaciones provinciales, los alcaldes de las capitales, un alcalde en representación de los pueblos y un representantes por cada partido y central sindical, además de los "organismos andalucistas" (Historia de Sevilla en el siglo XX, de Alfonso Braojos, María Parias y Leandro Álvarez).
Otra de las inexactitudes cuestionada por los historiadores es la "condena a muerte" del andalucista, pues Infante murió cuatro años antes de la sentencia del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas. Además se han detectado otros errores, como los nombres de los políticos que fueron fusilados junto a Infante, que el grupo socialista incluyó en su primer borrador y suprimió tras alcanzar un acuerdo entre todos los grupos.
Después de la intensa polémica entre los expertos a través de los medios de comunicación por la falta de rigor con la que los partidos habían elaborado su declaración institucional, los firmantes han optado por tirar por la calle de en medio y sustituir "presidencia de honor de la futura autonomía" por "de Junta Regional", denominación muy similar al órgano que rige en la actualidad la autonomía -Junta de Andalucía-, pero con un contenido muy distinto. De hecho, en los periódicos de la época, según afirma Manuel Ruiz Romero, se le llamaba también "Junta preestatuto, Junta de Propaganda o Comisión Ejecutiva Pro-Estatuto". La polémica sobre si hubo o no condena a muerte se ha resuelto suprimiendo "muerte" y dejando sólo "condena".
En síntesis, la declaración del Parlamento andaluz, leída ayer por su presidenta, Mar Moreno, pide que se restaure la dignidad y el honor de Blas Infante y de quienes murieron por defender la legalidad e insta al Gobierno central a estudiar las vías para anular la condena.

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