Una vivienda centenaria a prueba de golpes

La casa de los continuos accidentes es de barro y piedra. Sus inquilinas actuales aseguran que se construyó a finales del siglo XIX. La levantaron en un lugar estratégico para que cumpliera con éxito su primera misión, la de ser una venta de comida y bebida para los vecinos de la pedanía de la Barca de Vejer.

Hace 70 años el suegro, ya fallecido, de María del Carmen Foncubierta comenzó a vivir en ella, siempre en alquiler. La vivienda pertenece ahora al responsable de una constructora. Cándida y Manuela, consuegras, viven en ella a pesar de los continuos sobresaltos. Cándida dice que es su casa y que no la abandonará. Su nuera María del Carmen le anima siempre a que "cambie de aire, que se vaya a un viaje del Imserso". Pero ella lo rechaza. Asegura que esos viajes le dan miedo porque ha escuchado muchas noticias de los autobuses que se estrellan por esas rutas. "Yo le digo que tiene el mismo peligro en casa pero no hay quien la haga cambiar", lamenta María del Carmen.

Las paredes de barro y piedra han soportado muchos golpes. El último siniestro, el del Mercedes 190, ha dejado un agujero en la fachada. Los técnicos han apuntalado el techo y han cubierto provisionalmente la zona, hasta su arreglo definitivo. "Si hay daño en la vivienda, lo gestiona el seguro del dueño, si nos rompen nuestros materiales lo tenemos que reclamar nosotros".

Mientras esperan que las administraciones decidan sobre las medidas de seguridad que necesita la curva peligrosa, la familia de María del Carmen ya ha tomado algunas propias, como colocar frente a la casa un muro de fabricación artesanal, que han construido con el trozo de uno de los camiones siniestrados recubierto de hormigón. Un recuerdo de los accidentes pasados para tratar de evitar los que puedan venir.