Una película alemana se adentra en la historia de amor de una solitaria asesina a sueldo
El director Tilman Zens señala que ha querido huir de cualquier tono documental en el filme
Anna es una asesina a sueldo de lo más profesional. Sólo parece salir de su soledad lunar a través de encuentros sexuales de una noche y de periódicas visitas a la persona que le suministra la identidad de sus futuras víctimas. La vida de Anna se abre a un cambio cuando conoce a un joven que trabaja en un hotel de la ciudad en la que prepara su próximo asesinato. Así se inicia la historia que cuenta el director Tilman Zens en la película alemana Such Mich Nicht (que en español se traduce como No me busques), que fue presentada ayer en la Sección Oficial de Sevilla Festival de Cine.
El joven alemán Tilman Zens realizó con este thriller su trabajo de fin de carrera. Graduado en la Academia de Cine de Ludwigsburg, Zens ha querido hacer una película que huye de cualquier pretensión documental. La suya, insiste el joven cineasta, es una obra de ficción.
El cine de los últimos años está protagonizado, en bastantes ocasiones, por tarados que ejercen como asesinos a sueldo. ¿De dónde viene esta tendencia? ¿Hay alguna extraña fascinación que la justifique? "El asesino a sueldo es una figura artística. ¿Por qué existe esa fascinación? No lo puedo decir. He elegido esa figura artística porque quería contar un cuento de cine en el que quería mezclar una historia de amor. Los problemas propios de cualquier relación amorosa se ven aumentados por la profesión de la protagonista. Una asesina a sueldo está sujeta a unas presiones que son muy diferentes a las de la vida diaria. El cine está más allá de ello. El cine es una máquina de sueños", comentó el director alemán.
"Contradicción en sí"
La elección de una mujer como protagonista -el personaje está encarnado por Lea Mornar- ha sido deliberada. "Una mujer exagera mucho más lo que he intentado al hacer la película. Así no corremos el peligro de que la película se convierta en un documento sobre la mafia rusa. Una mujer que mata es una contradicción en sí. Una mujer asesina a sueldo es una figura de cine. Una asesina a sueldo no se puede describir con palabras. Si la pudiera describir mejor, no hubiese hecho esta película", aseveró Zens.
En el elenco del filme figuran actores muy conocidos en Alemania. Nadie cobró en el rodaje. Ni los técnicos ni los intérpretes. "Si ve algo interesante en el guión, un actor de Alemania casi siempre está dispuesto a ayudar. El nivel artístico de las producciones universitarias es más alto que el de la televisión. Es bastante fácil conseguir actores de prestigio, y suelen ser bastante amigables y apoyar a los estudiantes", agregó el director de cine.
Zens dejó claro que su película no quería quedarse en un mero documento realista y huyó de incurrir en interpretaciones morales de sus personajes. "La cuestión es hasta qué punto la película es realista. No es una película basada en la realidad. No quiero que nadie la interprete de forma equivocada", dijo el cineasta. Zens recalcó que si hubiera optado por una obra realista, la película se hubiera quedado en un mero "documental sobre la mafia rusa". La película carece, pues, de cualquier mensaje moral. La relación de la protagonista con el joven que trabaja en el hotel no lleva a ningún tipo de redención por el amor, recalcó Zens.
El joven cineasta alemán hizo un recorrido por las películas que le habían influido al realizar su largometraje. Señaló que conocía El silencio de un hombre, de Jean-Pierre Melville, una de las obras maestras del cine negro francés y protagonizada por un Alain Delon en estado de gracia que encarna a un asesino profesional. Zens insistió en la influencia de Taxi driver, de Martin Scorsese y protagonizada por Robert de Niro en el papel de un taxista enloquecido. Taxi driver fue la película en la que más pensó el cineasta alemán durante el rodaje de Such Mich Nicht.
Zens indicó también cómo los estadounidenses "deciden qué películas se van a poner en los cines europeos". Con todo, no supo pronunciarse sobre las medidas proteccionistas ejercidas en Francia con el cine. "Si un intervencionismo es bueno no lo sé. Eso es un tema más político", concluyó el director alemán.
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