El mundo de las letras reivindica a Gil-Albert como autor del 27 y proyecta su legado

"La coquetería" de Juan Gil-Albert, indiscutible referente de las letras valencianas del siglo XX, llevó al autor a quitarse edad. Esta, en principio, irrelevante anécdota, que un especialista en su obra comentó ayer en Alicante, le descabalgó del catálogo de ilustres autores de la Generación del 27 y le privó de un justo reconocimiento literario. Ahora, en el centenario de su muerte, el mundo de las letras pretende resarcirle. Alicante acoge hasta el viernes el congreso Juan Gil-Albert, la memoria y el mito, que persigue rescatar al escritor del "purgatorio literario".

El poeta valenciano Francisco Brines, uno de los más destacados autores de la generación del 50 y amigo de Juan Gil-Albert, apeló ayer a una "mejora en la formación" cultural de las nuevas generaciones, tanto de lectores como de poetas, como un certero mecanismo para despertar el interés por el "desconocido" autor alcoyano.

Brines, miembro de la Real Academia Española y gran conocedor de la obra de Gil-Albert, inauguró ayer la cita literaria con Mis recuerdos de Juan Gil-Albert, en el que el poeta, a preguntas del director del certamen y catedrático de Literatura de la Universidad de Alicante, Guillermo Carnero, ofreció pinceladas de la faceta más humana de uno de los escritores alicantinos más relevantes de las letras valencianas y españolas.

Brines lamentó la marginación de la que fue objeto la obra de Gil-Albert; hasta la década de los setenta, cuando las editoriales más prestigiosas, aunque minoritarias, apostaron por su obra. "Empezaron a publicarle toda su obra. Entonces me dijo [Gil-Albert]: 'Llegó mi júbilo con mi jubilación", relató Brines.

Sin embargo, la "coquetería" del poeta alcoyano le llevó a quitarse años, circunstancia que, indefectiblemente, repercutió en una tibia proyección de su legado. "Durante mucho tiempo no se supo cuál era el año de su nacimiento", indicó el director del congreso. De modo que, según Brines, "en el andén quedó Juan Gil-Albert, pero el tren de la Generación del 27 ya había salido". Francisco Brines, uno de los poetas valencianos vivos más importantes, consideró que el reconocimiento de Juan Gil-Albert como autor de esta generación "le habría llevado a ser más popular y a aportar una mayor riqueza a la generación por su prosa". El escritor reivindicó, además, la vigencia de su legado porque siempre abordó las cuestiones humanas. "Hay libros que siempre llegarán a más lectores. Juan necesita a un lector que tenga más afinada su sensibilidad", indicó.

El congreso, organizado por el Instituto de cultura Juan Gil-Albert en colaboración con la CAM, concita hasta el viernes en el Aula de Cultura de Alicante a los principales estudiosos de la obra de Gil-Albert. Poetas, escritores y catedráticos ofrecerán una visión completa del autor alcoyano. Los autores Luis Antonio de Villena y José Luis Ferris o los profesores catedráticos Jaime Siles, Guillermo Carnero, Manuel Aznar, Francisco Caudet participan en el congreso. Ayer, el actor Emilio Gutiérrez Caba ofreció un recital de poemas del autor.