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Reportaje:Aulas

La pizarra se vuelve digital

Los ordenadores se generalizan en las aulas de 150 colegios e institutos públicos, con una máquina por cada dos estudiantes

Saray Márquez, Alejandra Zafra, Eva María Martín y Alonso Martín son cuatro alumnos de 4º de ESO del Instituto Torre del Prado de Campanillas (Málaga) que se muestran encantados con la entrada de las nuevas tecnologías en clase. Los cuatro pertenecen a una generación que se ha criado entre ordenadores, reproductores digitales de video, cámaras digitales, videoconsolas y un sinfín de aparatos que hasta hace muy poco sólo podían usar de vuelta a casa, una vez acabada la jornada escolar. Pero desde hace ya dos cursos, los 340 alumnos y 28 profesores de este instituto malagueño han incorporado a su rutina académica el uso de las nuevas tecnologías.

El Torre del Prado es uno de los 150 colegios e institutos incluidos en la Red TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación) que este curso funcionan en Andalucía y que están dotados con 20.278 ordenadores. Esta dotación informática permite que todas las aulas de estos colegios e institutos tengan un ordenador por cada dos alumnos, medida de la que se benefician unos 30.000 alumnos.

"Las clases se hacen más cortas, no es sólo escuchar al profesor", dice una alumna

La entrada del ordenador en clase ha supuesto una revolución en los métodos de enseñanza y de aprendizaje, tal y como explica Julio Ruiz, secretario del Torre del Prado y coordinador del programa TIC en este centro, donde hay 15 equipos en cada una de las 13 aulas. "El cambio se ha notado, pero se está dando de forma paulatina. En este centro llevamos ya un año y dos meses de experiencia y el cambio de actitud de los alumnos ya es evidente, pero el nuevo modelo dará sus frutos en unos tres años", explica Ruiz.

De ese cambio dan fe Saray Márquez y su compañera de pupitre y de ordenador Alejandra Zafra. Ambas aseguran que desde que emplean los ordenadores las clases se hacen "más cortas" y "menos pelmazo". "Ya no es solo escuchar al profesor. Además si hay que hacer cualquier consulta para una actividad de clase o un trabajo tenemos Internet para hacerla al instante", indica Saray.

"El ordenador es una herramienta más, pero no es la panacea ni va a solucionar los problemas que se den en las aulas, aunque contribuye a disminuir los conflictos", tercia Ruiz, que también es profesor de Matemáticas. "Lo que ocurre es que su uso dinamiza las clases y genera una interactividad entre el profesor y el alumno que quizá no se daba con la forma habitual de la explicación con el libro delante, la tiza y la pizarra, aunque no quiere decir que vaya a desbancarla. Esta nueva fórmula basada en las nuevas tecnologías motiva al alumno, porque el profesor ya no es el típico sabiondo, sino un mediador y el estudiante se ve como protagonista del proceso de aprendizaje y no como un sujeto pasivo del mismo", añade.

Como ejemplo de esta interactividad, Ruiz muestra en la pantalla del equipo informático de su despacho las actividades de Matemáticas que ha puesto como deberes a sus alumnos y que están colgadas en la plataforma del instituto. "Ellos tienen su propia clave de identificación para acceder a los distintos servicios, que van desde la clase virtual, los deberes que cada profesor ha puesto o la entrega de trabajos", indica.

Pero los beneficios de esta plataforma virtual no sólo se dejan sentir en la docencia. Ruiz asegura que el uso de las nuevas tecnologías ha simplificado mucho las tareas administrativas y de evaluación. "El tablón de anuncios y los casilleros de cada profesor han pasado prácticamente a la historia. Ahora cada profesor hace uso de la intranet del centro para realizar sus gestiones. Además, su uso permite un seguimiento más exhaustivo del alumnado, lo que facilita su posterior evaluación", relata el coordinador del programa.

Otro efecto positivo derivado del uso de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación es la mayor implicación de los padres de los alumnos en la vida del centro. El pasado curso, el Torre del Prado organizó un Festival Digital para dar a conocer a los padres de los alumnos el proyecto que se iba a desarrollar en el centro y las ventajas que para ellos iba a tener. "Respondieron muy bien. Se organizó un taller de alfabetización en nuevas tecnologías en el que fueron sus hijos quienes les enseñaron a manejarse en trámites sencillos como solicitar tutorías a través de la plataforma y de la web del instituto", señala Ruiz, quien, no obstante, resalta las carencias que aún presenta el proyecto, como la falta de suficientes materiales didácticos que poder emplear o un mayor esfuerzo de la Consejería de Educación en la formación del profesorado.

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