Quinceañeros en la Universidad
Un proyecto social de la Autónoma de Barcelona anima a alumnos de ESO a continuar los estudios
La Universidad es una institución abierta a todos. En teoría. En la práctica, el entorno social y familiar sigue siendo determinante para acceder a los estudios superiores. Según el INCE (Instituto Nacional de Calidad y Evaluación), la probabilidad de que los hijos de padres sin estudios cursen una carrera universitaria oscila entre el 29% y el 46%, mientras que entre aquellos cuyos padres son universitarios se alcanza una proporción del 95% al 99%.
Vista esta realidad social, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha puesto en marcha un programa socioeducativo para 40 jóvenes de 15 años. Se trata de animarlos a proseguir los estudios cuando finalicen la enseñanza obligatoria y el instituto. El objetivo es que se enganchen a la educación superior. El proyecto, que se llama Campus Ítaca y es totalmente gratuito, está especialmente dirigido a adolescentes que proceden de un entorno social o familiar que en ocasiones no anima a continuar estudiando hasta el final.
El programa se ha llevado a cabo en las instalaciones de la universidad. A lo largo de dos semanas y de nueve de la mañana a seis de la tarde, los chavales acudieron diariamente al campus de la Autónoma de Barcelona y participaron en conferencias, talleres y se implicaron en diversos proyectos, como llevar a cabo un estudio de prevención de incendios a partir de un programa informático o aprender a confeccionar un videoclip.
"Lo importante es acercarles al campus y que conozcan personalmente su funcionamiento y su ambiente. Queremos ampliar horizontes y plantearles la posibilidad de otras opciones, que quizás antes no contemplaban. Sabemos que en algunos ambientes está casi mal visto estudiar, y queremos mostrarles que la sociedad cuenta con ellos, y que deben seguir formándose", explica el rector, Lluís Ferrer.
La iniciativa, pionera en España, se inspira en proyectos semejantes que se desarrollan en diferentes universidades europeas. Es el caso de la University of Strathclyde de Glasgow, que el pasado verano acogió a un millar de alumnos de 130 institutos de barrios de la ciudad azotados por una durísima reconversión industrial.
"Estos programas son cada vez más necesarios, porque cuando los estudiantes llegan a la adolescencia son muchos los que sufren una pérdida progresiva de interés por el aprendizaje, y gana terreno la tentación de ponerse a trabajar, obtener dinero rápido y ser independientes económicamente. A esa edad, el futuro se ve muy lejano", reflexiona Pilar García, una de las coordinadoras del proyecto.
Elías Salgado, estudiante de Educación Secundaria Obligatoria en un instituto del Vallès (Barcelona), es uno de los alumnos que ha sido miembro del Campus Ítaca. Reconoce que "antes veía la universidad como una institución lejana". "Me gustó conocerla por dentro. Por lo que vi, empollar no lo es todo, porque se experimenta y se debate. Es más dinámica de loque creía", explica. Salgado asegura que al acabar la educación obligatoria no hará el bachillerato, pero sí "algún ciclo formativo", porque "de esta manera, más tarde, siempre es posible dar el salto a la universidad". Para Edelmira Badillo, tutora del proyecto, la experiencia le ha demostrado que conocer es poder: "Al principio a los alumnos les costaba comunicarse, lanzarse a hablar en público, porque desconocían el medio, y eso siempre es complejo en una edad difícil, pero después fue todo rodado". Badillo destaca la enorme capacidad de integración y adaptación que tienen los jóvenes para aprender de los errores y superar las equivocaciones. Y es que, en materia de aprendizaje, no todo debe ceñirse al ámbito académico: en algunos de los talleres en los que trabajaron los alumnos se han potenciado habilidades relacionadas con la comunicación (aprender a argumentar, por ejemplo), o la resolución de conflictos de orden personal o social. Y otro de los aspectos claves que se potencia es enseñar a trabajar en grupo y coordinar las diferentes tareas. Badillo opina, tras su paso por el proyecto, que "los alumnos ven que la universidad no es una institución ajena a sus intereses, sino un futuro perfectamente alcanzable".
Dado el éxito de la iniciativa, desde la Autónoma aseguran que para 2005-2006 la experiencia se hará extensiva a una población mucho más amplia.
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