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Ryanair negocia vuelos a otros nueve aeropuertos españoles

La compañía descarta subir las tarifas por el precio del petróleo

La compañía irlandesa de bajo coste Ryanair está negociando volar a otros nueve aeropuertos españoles dentro de su plan de expansión por Europa. Ryanair, que descarta subir sus tarifas o imponer recargos por el aumento del precio del petróleo, ya vuela en España a ocho aeropuertos y tiene anunciados vuelos a Zaragoza, a partir del 1 de diciembre; a Almería, a partir del 19 de enero, y a Sevilla, desde febrero.

Ryanair está inmersa en plena campaña de expansión por Europa, pese a las críticas y los problemas que tiene con las compañías aéreas tradicionales y con la propia Comisión. Según ha declarado a este periódico su presidente, Michael O'Leary, la compañía está negociando en estos momentos volar a nueve aeropuertos españoles más, seis aeropuertos italianos y 17 alemanes, entre los 80 con los que mantiene abiertas negociaciones. "En realidad", ha dicho, "hay una larga cola de aeropuertos que quieren que vayamos allí".

En España, la aerolínea irlandesa ha registrado un espectacular crecimiento. Estima que cuando en marzo de 2004 cierre su ejercicio fiscal habrá transportado en el año cuatro millones de pasajeros, de los que tres habrán venido a España y uno habrá salido desde los aeropuertos españoles. Para entonces estará volando diariamente desde 11 aeropuertos que sumarán 44 rutas. De momento, ya lo hace desde Girona, Reus, Murcia, Jerez, Málaga, Valladolid, Santander y Valencia. Tiene acordadas y anunciadas rutas a Almería, Sevilla y Zaragoza, y negocia con otros nueve aeropuertos.

La expansión de Ryanair, y sobre todo las ayudas que consigue por usar los aeropuertos, ha alertado a Iberia, que ya ha anunciado que prepara una denuncia contra la compañía de bajo coste porque considera que no respeta las reglas de la competencia.

Seguirá en Charleroi

Por este concepto, Ryanair mantiene un litigio abierto con la Comisión Europea que la ha multado con la devolución de cuatro millones de euros en una resolución recurrida por la compañía ante la Corte de Estrasburgo, que no se pronunciará, probablemente, hasta septiembre del año que viene. Hasta entonces al menos, O'Leary afirma que seguirá utilizando el aeropuerto belga objeto de la discusión -Charleroi- y continuará el plan de expansión.

Pese a las dificultades que atraviesan las compañías aéreas, Ryanair goza de buena salud. De abril a septiembre, los primeros seis meses de su año fiscal, registró un beneficio después de impuestos de 201,3 millones de euros, lo que representa un incremento del 15% sobre el mismo periodo del año anterior, que achaca al incremento en el tráfico de pasajeros -el 24%- y a la reducción en un 4% del coste unitario. La compañía aumentó sus ingresos totales un 21%, pero redujo su ingreso medio por pasajero (el yield, que mide la rentabilidad del negocio) un 5% por el aumento del precio del combustible.

Pese a ello, O'Leary manifiesta que no subirá las tarifas ni impondrá ningún recargo que compense el aumento en el precio del combustible. "Garantizado", ha dicho.

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