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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Noche electoral 0.1

- Noche oscura del alma. Fiestorro organizado en el hotel Majestic por el consulado USA en Barcelona, uno de los consulados norteamericanos más antiguos en el continente, lo que puede ilustrar la juventud de EE UU. Más si los comparamos, por ejemplo, con Fraga, de quien los paleontólogos especulan que disolvió, hace 18.000 años, la última manifestación del Hombre de Flores. Bueno. Salón del hotel Majestic. No se cabe. Hay pocos norteamericanos y muchos periodistas. Con lo que esto parece el portal de una Pantoja norteamericana. Paisanaje. Mucha señora americana entrada en años -de una generación que quemó sus sostenes en Berkeley sin la precaución de guardar otro par- con chapitas anti-Bush en el bolso. Dos señores con el elefante republicano en la solapa y la cara de chulo que a uno se le sube al rostro cuando abre dos vías de investigación. Sólo hay dos personas negras en la sala. Y una es una pija de Barcelona, esa ciudad en la que es más importante tu apellido que el color de la piel. Políticos. Por el ramo CiU está Magda Oranich -siempre se ríe; o sabe algo que no sabemos, o sabemos algo que no sabe-, y el señor Trias imitando al señor Trias. Por el ramo PSC, el señor Iceta practicando el iceting ante los micrófonos. Por el ramo ERC y PP, cuadros medios de la pedrea. ICV debe de estar haciendo algo, sostenible, en otro lugar.

"Nadie parece comprender que, además de presidente, votamos al comandante supremo de las Fuerzas Armadas"

- Europa como casa de muñecas. Confraternización con el noble pueblo norteamericano. Una norteamericana: "A los norteamericanos aquí siempre se nos acusa de hacer preguntas personales y directas, como cuánto dinero ganas. Pero nunca jamás en mi vida, esta noche y en las últimas semanas, me habían preguntado tanto por mi voto, la pregunta más personal". Le pregunto cuánto gana. No me lo dice. Un señor de Queens se sorprende también de que hace semanas todo el mundo le pregunta lo mismo. "La gente quiere saber a qué presidente votaremos. Pero nadie parece comprender que, además de presidente, votamos al comandante supremo de las Fuerzas Armadas. Y que estamos en guerra. Si quieres saber quién ganará", glups, "debes hacer esa pregunta". Me hago la pregunta a mí mismo, y me asusto. Me encuentro con Javier Calvo, uno de los jóvenes escritores locales con más juego de piernas -no se pierdan su El Dios reflectante-, y que, como muchos de los pollos de su generación, y en lo que es una evaluación de la cultura de por aquí abajo, ya no utiliza la cultura de por aquí abajo para construir su literatura, sino la cultura anglosajona. De hecho, vive parcialmente en los USA, de donde se trajo a su señora, una judía de Brooklyn como la copa de un pino. "Se volvió radical en Europa, gracias a su muñeca. Se la rompió y alucinó cuando supo que podía ir a un hospital". Evaluación de Calvo sobre el caso de la cosa: "En cuanto sales de Nueva York, en las plantas bajas te encuentras con que la gente tiene colgada la bandera USA y el banderín electoral de Bush".

- Los hombres del presidente. En eso, por sorpresa y sin pasar por la casilla de salida, aparece el president Maragall. Comparativa de su entrada en un salón respecto a otros presidentes que en el mundo han sido: viene sin un nutrido séquito que le rodee -cuando Pujol entraba en un acto, en ese sentido, parecía que entraran Los Sabandeños-. El presidente, quizá el político que más y mejor ha comprendido el periodismo de declaraciones -el periodismo de declaraciones no consiste en decir cosas que van a misa, sino que es la misa, ese espectáculo raro que no tiene tres actos y que sólo se sostiene por la palabra; verbigracias: "Catalunya ja és independent", "la bandera espanyola és la meitat de la catalana"-, se aplica a declarar que sería la pera que ganara Kerry. Interrogado por la prensa sobre el nuevo Estatut, responde que avui no toca, pero en posmoderno y con otros palabros. El cónsul y el presidente se van frente a la pantalla gigante que preside el acto, y que en un tris empezará a no dar información sobre Ohio. El cónsul, en lo que quizá evidencia un contacto fluido con Maragall, habla en un discurso plis-plas de "sociedad catalana". Luego lee los resultados de una votación de mentirijillas que se ha llevado a cabo durante la noche. Los demócratas ganan en Barcelona por 143 votos, frente a 21 votos republicanos.

- Lo aleatorio en un mundo alelado. Cuando empieza a empezar el mosqueo en Ohio, me encuentro con Xavier Rubert de Ventós, que me comunica dos observaciones sorprendentes. Observación 1): fue juveniles del Barça. La observación 2) viene tras una conversación en la que le pregunto si la democracia, esa organización de datos aleatorios, no se estará yendo al guano, como puede ilustrar el pitote Florida de hace cuatro años o el pitote Ohio de hace escasos segundos. "No. Es una convención frente a lo aleatorio. Es como cuando tu padre está enchufado a una máquina y te consultan para desenchufarlo. La gente, en ese trance, dice: 'Lo que diga el doctor'. El doctor es, en este caso, una solución ante lo aleatorio". Muy bueno. Me empiezo a ir. Los datos aleatorios que van apareciendo en la pantalla gigante que preside el acto van dando del frasco-carrasco a quien los mira.

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