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Reportaje:

Un año en un país europeo

Alrededor de 4.500 estudiantes andaluces pasan un curso escolar en una universidad de la UE gracias al programa Erasmus

El programa educativo Erasmus, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en la última edición, ha posibilitado que numerosos estudiantes puedan realizar sus estudios en cualquier país de la Unión Europea. En España, alrededor de 24.000 estudiantes han solicitado este año la beca para ir a estudiar el curso universitario entero, un trimestre o un semestre en algún país de la Unión Europea. En Andalucía, lo han hecho cerca de 4.500.

La Universidad de Granada, con 1.150 estudiantes, está a la cabeza en Andalucía en solicitudes para realizar el programa. Le sigue a poca distancia la Universidad de Sevilla con cerca de 900 estudiantes y más lejos se sitúan Málaga, Cádiz y Córdoba, que rondan los 300 alumnos. Las universidades de Almería, Jaén, Pablo de Olavide de Sevilla y Huelva cierran el grupo. Los alumnos de las universidades andaluzas que están viviendo o van a participar de la experiencia europea este curso rondan los 4.500. Muchos se van, aunque también son muchos extranjeros los que solicitan estudiar en los centros universitarios de las provincias andaluzas.

Vienen de Francia, Alemania e Italia, los mismos destinos que eligen quienes se van

En la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, 102 se irán a estudiar fuera de la frontera española y 113 extranjeros ocupan o ocuparán durante el curso 2004-2005 las aulas del pequeño centro andaluz, un 36% superior al curso pasado, según los datos de la universidad de la capital hispalense. Los alumnos extranjeros que llegan a este centro vienen de 10 países de la Unión, principalmente de Francia, Italia y Alemania. Los mismos destinos y el mismo orden de preferencia de los que se van. El 70% de los estudiantes europeos que van a estudiar en la universidad sevillana son mujeres. La austríaca Isabel Ensfellner es una de las estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide. Tiene 24 años y ha elegido Sevilla para continuar sus estudios de Empresariales animada por unos amigos Erasmus españoles que recalaron en Austria, en su misma universidad. "Ya conocía a gente de aquí, me he animado por ellos, que estuvieron muy bien en Austria y luego hemos mantenido contacto. También por el idioma y porque hay asignaturas, como Teoría de la Cultura, que son interesantes". La materia de la Teoría de la Cultura, que fomenta el espíritu humanista de los alumnos, según los responsables del área internacional de la Universidad Pablo de Olavide, es también para Frank Mattheis, estudiante alemán de 23 años el "plus" de la universidad sevillana.

Mattheis no ha elegido el programa Erasmus para salir de casa y vivir una experiencia lejos del hogar. Estudia lejos de su casa gracias a una beca del Estado germano. De madre francesa, habla francés, inglés y alemán, y se ha planteado el viaje a España para aprender el idioma y para estudiar asignaturas relacionadas con la licenciatura de Económicas y Administración y Dirección de Empresas. Económicamente es el más privilegiado del grupo: con la beca Erasmus, que en su caso es de 90 euros el mes aunque lo normal es que se sitúe en torno a los 300 euros mensuales, no tendría dinero suficiente para llegar a fin de mes, aunque gracias a otra beca que le concede el Estado germano su situación es muy desahogada.

Muy lejos de la de la portuguesa Marta de Figueredo, de 22 años, que no recibe ninguna ayuda por parte del Estado portugués. "Yo vengo a estudiar el último curso de Derecho y los alumnos que están en cursos inferiores tienen preferencias para recibir ayudas económicas", cuenta. Braulio Flores, coordinador de los programas internacionales en la Universidad de Sevilla explica que, en el caso de Portugal, se intenta evitar que "haya una diáspora de los estudiantes portugueses hacia España y, como es más asequible por su cercanía que otros países, las ayudas son menores".

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El coordinador sevillano cuenta que es la Agencia Nacional Erasmus la que fija los criterios de distribución de la beca. Las universidades también conceden una ayuda extra en función de la renta del alumno. Tanto Marta de Figueredo e Isabel Ensfellner como otras dos estudiantes italianas, Luisa Mileli y Rita Piccinni, señalan que sin la ayuda de sus padres les sería imposible proseguir sus estudios en otro país. Para la mayoría es el idioma español y la experiencia de vivir lejos de casa lo que más les atrae. Marta de Figueredo tiene, en cambio, las miras puestas en el mercado laboral español cuando termine este año la licenciatura de Derecho.

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