¿Dónde vas, inflación?
La economía mundial va hacia su tercer año de expansión. Aunque moderará su ritmo, el crecimiento se situará en 2005 por encima del promedio de los últimos 25 años. La expansión ha estado apoyada por una notable relajación de las políticas monetaria y fiscal, esto es, por bajos tipos de interés y elevados déficit públicos. El protagonista de los últimos meses es el petróleo, que, por encima de los 50 dólares el barril, desafía las previsiones.
Sorprende el comportamiento de algunas variables financieras. En particular, la moderación en las expectativas de inflación, que se descuentan a partir de los tipos de interés nominales y reales de los bonos en EE UU. Cabría esperar que se estuviera produciendo un deterioro de las expectativas de inflación.
Un repunte de la inflación en los próximos meses no está descontado en los niveles actuales de tipos
¿Qué ocurre? Para los más optimistas, hay cambios en la oferta de las economías que están permitiendo compensar las presiones inflacionistas. En un mundo más productivo, globalizado, y con mercados de bienes y trabajo más liberalizados, hay más competencia y los precios para los consumidores tienen subidas más moderadas.
Para los pesimistas, la explicación está en la incertidumbre. El riesgo geopolítico o las dudas sobre la contabilidad empresarial en EE UU han generado una bajada de la confianza de consumidores y empresarios. Los descuentos en precios se han vuelto habituales para mantener el dinamismo del consumo. Las empresas contratan trabajadores a ritmo muy lento y los crecimientos salariales son muy moderados.
Seguramente, optimistas y pesimistas tienen parte de razón. Ahora bien, no es descartable que a corto plazo les sorprenda una inflación peor de la prevista. En EE UU, los precios energéticos y la depreciación del dólar pueden conducirla en noviembre a un nuevo máximo, casi 4%. El anterior (3,7%) fue en 2001 y hay que ir a 1991 para ver una inflación más alta.
Ante tal repunte de la inflación, y si se retrasa la bajada del precio del petróleo, las tasas de interés de los bonos de EE UU parecen bajas. Sólo se justifican desde la posición más pesimista, que defienden que está aumentando la probabilidad de una recesión global el próximo año. La pregunta es si tipos tan bajos no estarán más bien alimentando un escenario inflacionista a medio plazo en EE UU y, con ello, un repunte importante de los tipos de interés en el futuro.
Mayte Ledo es economista jefe para escenarios financieros de BBVA.
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