Una casa para todos
Una exposición divulga el acogimiento familiar a través de los dibujos y reflexiones de los niños beneficiados
Tras el dibujo de una vivienda con brazos, una boca en la puerta y dos ventanas que hacen de ojos se adivina una mano infantil. La misma que ha adornado el tejado con la frase "Mi casa es muy grande y cabemos todos". Esta ilustración, plasmada en una especie de cortina, sirve de bienvenida a la exposición Acogimiento familiar: otra forma de vivir en familia, que acogerá el Centro Cultural Okendo de San Sebastián (Avenida de Navarra, 7) hasta el 12 de noviembre.
La muestra se presenta como un paseo por la opción del acogimiento familiar. ¿En qué consiste? ¿Cuántos tipos existen? ¿Quiénes son las familias acogedoras? Los guías son los protagonistas de esta aventura solidaria. Para empezar, los propios niños acogidos, quienes, a través de dibujos y breves textos, reflejan qué significa para ellos que una familia se encargue de cuidarles y educarles hasta que sus padres biológicos puedan atenderles de nuevo. "Yo me siento bien a veces yo me siento triste porque a veces echo de menos a mi mamá", escribe la pequeña Mónica, sin comas ni puntos, sobre las coloridas imágenes de los aitas y hermanos que le han abierto las puertas de su hogar.
"La mayoría de los menores mejora física, intelectual y emocionalmente"
Esos hermanos de acogimiento también han ilustrado y escrito sus reflexiones. "Mi familia ahora es igual, pero con César, mi hermano que hemos acogido. Yo le quiero como a los demás, a pesar de que tenga apellidos distintos", cuenta una niña, quien ha dibujado a su familia hace cinco años, cuando aún no vivía César entre ellos, y en la actualidad.
La exposición se completa con los pensamientos de los padres de acogida y las explicaciones de profesionales. "Cuando acoges no esperas nada, pero recibes mucho", apunta una familia, mientras otra sostiene que en su casa "se está formando una familia solidaria". "Tuve que aprender a conocerme, porque había situaciones que me sacaban los peores sentimientos", reconoce una tercera. Y es que el acogimiento "es una aventura compleja, pero también bonita".
El doctor Pere Amorós, profesor de Pedagogía de la Inadaptación Social de la Universidad de Barcelona, es uno de los profesionales que ha colaborado en la muestra, que pretende contribuir a crear una cultura del acogimiento familiar. ¿Por qué? Porque aunque las residencias "no tienen nada que ver con las de hace años y no han de desaparecer", diferentes investigaciones constatan que la mayoría de los niños acogidos por una familia experimentan al cabo de entre 12 y 18 meses "una mejora sustancial" en el desarrollo físico, intelectual y emocional, explica Amorós.
La muestra, de carácter itinerante, es una iniciativa impulsada por la Fundación La Caixa y la Federación Estatal de Acogimiento Familiar. Para organizarla en San Sebastián, desde donde viajará a Valencia y Madrid, han contado con la asociación guipuzcoana de familias acogedoras Beroa. Esta entidad, además de recabar dibujos para el proyecto general, ha colgado en Okendo una selección de los trabajos plásticos y literarios elaborados por alumnos de educación primaria con los que desarrolla talleres sobre el acogimiento.
En esta línea, a cada escolar que visite la exposición se le repartirá una unidad didáctica para que trabaje y piense sobre el acogimiento familiar. "Queremos que entiendan este recurso como algo cercano; que sepan que hay niños en el portal de al lado, no sólo en países lejanos, que lo necesitan", subraya la presidenta de Beroa, Cristina Moreno.
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