La economía crece un 3,7% en EE UU en el tercer trimestre
Empeora la confianza en octubre ante la escalada del petróleo
La actividad económica en Estados Unidos registró un repunte de cuatro décimas durante el tercer trimestre, al crecer el producto interior bruto (PIB) un 3,7% frente al 3,3% del segundo trimestre. Pero la tasa de crecimiento no fue tan fuerte como se esperaba en Wall Street, que confiaba en una aceleración de hasta seis décimas más alta. La notable mejoría en el consumo se vio neutralizada por el mal dato en la balanza comercial y en los inventarios y un retroceso en el índice de confianza.
La evolución del PIB en el tercer trimestre era la última noticia económica antes de las presidenciales en EE UU, que se celebran este próximo martes. El dato muestra que la mayor economía del mundo crece a un ritmo sólido. La media de los últimos 12 meses se sitúa en el 3,9%, un nivel que los economistas consideran sano. Pero el aspirante demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, acusa a la Administración republicana de haber fracasado en el terreno del empleo, donde George Bush se presenta a la reelección con una pérdida neta de 821.000 puestos de trabajo.
Al margen de las disputas políticas, el Departamento de Comercio señala que el factor que más contribuyó a la aceleración del PIB en verano fue el repunte en el consumo privado, que subió un 4,6%, tres puntos más que en primavera. La adquisición de productos de consumo duradero creció un 16,8%, los bienes perecederos un 3,9% y los servicios un 2,7%. La inversión de las empresas aumentó a su vez un 11,7%, cifra ligeramente más baja que en el segundo trimestre, gracias en gran parte a la adquisición de material informático y equipamiento (14,9%). El gasto gubernamental, entre tanto, se recuperó casi dos puntos (4,6%) por el fuerte incremento en el gasto militar (9,3%).
El PIB se vio penalizado por la balanza comercial, que sustrajo medio punto del crecimiento. Las exportaciones crecieron un 5,1%, casi dos puntos menos que el segundo trimestre (7,3%). Y las importaciones siguieron subiendo más rápido que las ventas en el exterior (7,7%). El segundo elemento negativo fue la caída en los inventarios empresariales, que se comieron otro medio punto del PIB. Y la inversión en la vivienda fue más baja que en meses anteriores.
Del lado de los precios, el deflactor del PIB subió un 1,3%, por debajo del 3,2% del segundo trimestre, lo que da margen para una lenta subida de los tipos de interés. Los precios que pagaron los consumidores crecieron un 1,1% o un 0,7% si se excluyen la energía y los alimentos, la subida más baja desde el cuarto trimestre de 1962.
Baja la tasa de ahorro
Los costes laborales, entre tanto, crecieron un 0,9% por el incremento en los salarios (0,7%) y en los gastos sociales (1,1%). El problema es que la tasa de ahorro de las familias es la más baja desde la Gran Depresión (0,4%) y los ingresos disponibles subieron un punto menos que el trimestre precedente (1,4%).
Pero los analistas advierten de que los datos publicados no reflejan aún la última escalada en el precio del petróleo de las últimas semanas. La Reserva Federal (Fed), en su Libro Beige, advirtió el martes que el alza en el precio de la energía está afectando al consumo y la inversión en la empresas en EE UU.
La clave para la reelección de George Bush está en cómo aprecien los ciudadanos el estado de la economía, y que tiene un claro precedente en la derrota de su padre frente a Bill Clinton. El dato de confianza de la Universidad de Michigan muestra que en octubre volvió a caer el optimismo, hasta situarse en los 91,7 puntos. A comienzos de la semana, el Conference Board ya anticipó esta tendencia hacia el pesimismo, al bajar su indicador hasta los 92,8 puntos, el nivel más bajo en siete meses. Wall Street sigue pensando, a partir de estos datos, que el 10 de noviembre se producirá la cuarta subida consecutiva de tipos de interés, para dejar el precio del dinero en el 2%.
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