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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Más sobre 'La residencia'

Querida Elvira Lindo: como el mundo es plural, resulta que el movimiento gay, lésbico, bisexual y transexual (GLBT) también lo es. Y como ya son varias las cartas que te han enviado algunos colectivos GLBT críticos con tu artículo en EL PAÍS titulado La residencia, desde Fundación Triángulo, por la Igualdad Social de Gays y Lesbianas nos animamos también a mandarte unas líneas, pero de apoyo.

Lo primero para decirte que seguimos agradeciendo tu sincero (y simpático) compromiso con nuestras reivindicaciones y tu apoyo militante en distintos actos. Dejando, por tanto, sentado que no eres la demonia homófoba reencarnada, queremos además apoyar tu reflexión sobre la segregación.

Compartimos tu planteamiento de que una residencia donde se exigiera a los ancianos y las ancianas que demostrasen su orientación homosexual puede ser el sueño de los elementos "comunitaristas", pero a nosotros nos parece más cercano a la pesadilla. ¿Y por qué no una residencia para negros, y otra para gitanos, y otra, desde luego, sólo para heterosexuales, muy heterosexuales. Se puede decir, con razón, que estas últimas ya existen, todas las residencias presuponen la heterosexualidad de sus miembros y muchas reprimen la sexualidad de los ancianos, y con más fuerza cualquier atisbo de homosexualidad, pero es justo esa realidad la que combatimos, no queremos reproducirla.

Nosotros mantenemos que la libertad no consiste en crear residencias donde se exija demostrar la homosexualidad para entrar en ellas; esto, además de absurdo e incomprobable, es un paso atrás en la lucha por la liberación gay y lésbica. Exigimos, y ya estamos haciendo propuestas en ese sentido, que las residencias de ancianos, todas ellas, estén preparadas para entender que los ancianos no son muebles, sino personas llenas de sentimientos y también de sexualidad, y que sus profesionales tengan claro que la homosexualidad es una parte más de la rica sexualidad humana.

El movimiento GLBT, como casi todos los movimientos sociales, tiene una amplia variedad de discursos. Así, unos opinan que somos una comunidad, con una identidad propia y diferenciada, y esto les lleva, sobre todo en Estados Unidos, a exigir escuelas para gays, residencias para gays, cuotas representativas para gays, etcétera. Otros creemos que ser gay o lesbiana sólo es una parte más de la variedad del ser humano, pero que no somos una "etnia diferenciada". Queremos vivir nuestra afectividad en el seno de una sociedad que vamos transformando, hasta que a nadie le importe la orientación sexual de cada uno. Esto aún no es así, por eso seguimos luchando.

Esperamos, Elvira, que si tienes que estar algún día en una residencia, puedas estar con quien quieras, independientemente de su orientación sexual. Nosotros al menos luchamos por eso, e incluso por tener la suerte de compartir residencia contigo. Seguro que nos pasamos unas risas.

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