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Signos

García Román obtiene el Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal

José Andrés García Román (Granada, 1979) es un poeta prolífico. Licenciado en Teoría de la Literatura, ha sido ganador del Premio Artífice de Loja de Poesía con el libro Querido Jinete Azul, no volveré a escribir cartas tan tristes, y del Certamen Andaluz de Poesía Villa de Peligros por Soledad que da al mar. Con su último poemario, Perdida latitud, que editará Hiperión, ha logrado el Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal.

Para García Román la posibilidad de publicar en una editorial nacional ha supuesto una importante dosis de responsabilidad además "del miedo por la pérdida de la intimidad imprescindible para la escritura, así como el pánico al sector crítico literario con su equipaje de crueldad, ideología, envidia...". En Perdida latitud el joven escritor granadino admite ciertos paralelismos con la poesía de Elena Martín Vivaldi, ya que el libro inicia una "búsqueda cognoscitiva tal vez de una realidad inaprensible, pero en realidad, y sobre todo, búsqueda de comunicación".

García Román tiene claro el tipo de poesía que le interesa y, a pesar de no querer definirse, declara que "se puede deducir que la poesía de la experiencia no es del todo" de su gusto, "aunque siempre esté un Joan Margarit o Jehuda Amijai, poeta que podría catalogarse como experiencial".

Proliferación de autores

En lo que respecta a su ciudad y a la proliferación de autores, cree que en parte es consecuencia del gran número de premios que hay en Granada y de la especial atención e importancia que se da a los poetas jóvenes. Por el contrario, opina que se respira cierta agresividad en la calle, ya que existe "especulación inmobiliaria y de todo signo". "Granada se está haciendo insoportable", resume. Para el premiado, la ciudad es "un buen lugar para marcharse".

Entre los poetas granadinos a los que admira destaca a autores como Antonio Carvajal, por el que se siente influido, o Rafael Juárez. A ambos los califica como una "escuela de humanidad y de poesía". Sobre la existencia de una poesía social, García Román considera que le interesan aquellos poetas que la han logrado plasmar en el ámbito humano. Por el contrario, está convencido de que en España hay "mucha pose o postura ideológica un tanto irreflexiva y por tanto conservadora". "Porque aquí, a veces, la militancia político-poética puede resultar una condición sine qua non del éxito y la repercusión mediática".

Para el joven escritor, la poesía constituye un gran esfuerzo, ya que supone "la lucha con la técnica, la rima indeseada, la trabazón natural (que no lo es sino a causa del trabajo), el intento métrico de que el poema no tenga una apariencia métrica muy explícita".

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