La democracia en Edesa-Fagor
La obstrucción a la participación de los trabajadores en la empresa es la constante por la que se caracteriza la política social que desarrollan los directivos de Edesa-Fagor, al menos en el centro de trabajo de Sevilla, por sus escasas convicciones democráticas.
Edesa, en 1994, se convirtió en sociedad cooperativa, quedando integrada en el grupo Fagor, que a su vez pertenece al holding Mondragón Corporación de Cooperativas (MCC). Según la legislación, los trabajadores con contrato laboral, tienen que estar representados en uno de sus órganos sociales (la Comisión de Vigilancia), por uno que ostente esa condición. Esa representación nunca ha existido y es lo que nos movió a interesar a la dirección a que se promoviera la elección de ese miembro, a lo que férreamente se oponía. Esa oposición nos obligó a tener que acudir al departamento correspondiente del Gobierno vasco (la central de la empresa está en Vizcaya) para que instara a los directivos a que cumplieran con la ley.
Aunque el presidente de la cooperativa, en una misiva enviada a cada uno de nosotros, aducía "que no se trataba por imposición de nadie", promovieron un proceso electoral para la elección que nosotros demandábamos y fue ahí donde se puso de manifiesto el concepto que tienen de democracia. Diseñaron un proceso electoral en el que se conculcaban las más elementales normas democráticas, llegando a designar la persona que tenía que ser elegida para lo cual, incluso, nos enviaron la "papeleta" que debíamos enviar por correo. No nos permitieron depositar nosotros mismos el voto en la urna. El colegio electoral lo instalaron en Vizcaya sin que admitieran la presencia de personas ajenas a la dirección para supervisar el escrutinio. Al final, como no podía ser de otra manera, el "pucherazo" se consumó y resultó elegida la trabajadora designada por la dirección. Nosotros nos abstuvimos en la votación, al ser rechazada nuestra propuesta de reconducir el proceso electoral por cauces democráticos.
Así es como suelen actuar los dirigentes de una sociedad perteneciente al sector de la economía social que, en este caso, debe considerarse como una inadmisible e intolerable burla a los trabajadores.
Ésa es la situación que se registra en nuestra empresa y dado lo favorecida que resulta desde los estamentos gubernamentales para el armonioso desarrollo de sus actividades, por la singularidad de su régimen jurídico y los fines que se les presupone, apelamos a los poderes públicos para que haga entrar en razón a los directivos de Edesa-Fagor, a fin que abran las puertas de los centros de trabajo para que la democracia se haga visible y patente, haciendo realidad la participación de los trabajadores como lo determina el Artículo 129.2 de la Constitución.
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