El ecologista Nader denuncia zancadillas demócratas y mantiene su candidatura
El aspirante independiente tiene menos fuerza que en 2000 pero juega de nuevo un papel decisivo
El independiente Ralph Nader sigue en la carrera electoral. Los sondeos le dan entre el 1% y el 2% de las intenciones de voto, pero eso es irrelevante. Lo importante es el apoyo que pueda restar a John Kerry en los Estados más discutidos, como Florida. Los demócratas han conseguido quitarle de las listas en Pensilvania, por los defectos de forma de las firmas que le respaldan, y lo intentan en Ohio. Nader, que se presenta en 34 Estados, ha denunciado "una oleada de maniobras sucias" para apartarle de la competición, "un delito constitucional", en su opinión.
Nader recorrió Nueva York durante el fin de semana para reiterar su mensaje de que los dos partidos son iguales porque "están en manos de la gran empresa" y para pedir que no se vote "al menos malo". El fundador del movimiento de los consumidores, de 70 años y al que muchos culpan de la derrota de Gore en 2000 -consiguió el 2,7% del voto-, pone nervioso a los demócratas, que temen que miles de sufragios de indecisos o de las bases más radicalizadas sean atraídos por los cantos de sirena de Nader, que plantea la retirada inmediata de tropas en Irak y que dice que "el voto para Bush es un voto a favor de la guerra, y el voto por Kerry, también". Si Nader no se presentara, según un sondeo de Zogby, el 41% de sus seguidores votaría a Kerry, el 15% a Bush y el resto se abstendría.
Los demócratas ha movilizado a abogados y voluntarios para someter a escrutinio las firmas de legalización de la candidatura, que en muchas ocasiones no cumplían los requisitos. Hasta ahora han tenido éxito en Pensilvania, donde el Supremo confirmó el sábado que no había suficientes firmas legales, y puede tenerlo en Ohio.
"Es una vergüenza para la democracia y, efectivamente, es un delito constitucional, porque el derecho al voto forma parte de los cimientos de la democracia en EE UU, e impedirlo por razones absurdas es denegar la democracia", dice a EL PAÍS Kevin Zeese, portavoz de Nader.
Algunos grupos demócratas han denunciado que Nader ha recibido firmas y dinero de republicanos, pero eso no es ilegal. Otros intentan algo que ya se hizo en 2000, el intercambio de votos: pedir el apoyo para Kerry en los Estados empatados a seguidores de Nader y ofrecérselo a cambio en aquellos -como California o Nueva York- en los que no hay riesgo de derrota. La ley prohíbe este tráfico de sufragios, pero eso no impide que se intente.
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