Una mujer en la vida de tres hombres
José Luis Ferris desvela en una biografía relación de la pintora Maruja Mallo con Lorca, Buñuel y Dalí
Lorca, Buñuel y Dalí compartieron afectos y amistad con una misma mujer, Maruja Mallo. Una artista con una vida apasionada y apasionante considerada ahora como la gran transgresora de la Generación del 27. Su vida y su obra son rescatadas del olvido gracias a una biografía que ha escrito José Luis Ferris, editada por Temas de hoy, y que se presentará este jueves en Madrid.
Bajo el título de Maruja Mallo, la gran transguesora del 27, Ferris reconstruye la vida de una pintora que irrumpió desafiante en la escena artística madrileña de los años veinte dispuesta a transgredir las normas establecidas. Con unos atuendos extravagantes, su desenfado y sus correrías nocturnas de la mano de Dalí y de sus compañeros de la Residencia de Estudiantes, la protagonista de esta biografía se convirtió pronto en un emblema temprano de la liberación femenina. "Un Madrid sacudido por el impacto del cine, del jazz y de las ideas más radicales, así como su juego deliberado de ambigüedad sexual, convirtieron a esta joven gallega, menuda y frágil en una musa para algunos artistas", apunta José Luis Ferris, que llegó a descubrir a esta pintora, sobre laque sólo se ha publicado hasta el momento algunos artículos de investigación, al elaborar su anterior biografía sobre Miguel Hernández. "Ellos se conocieron en casa de Neruda", apunta el autor, que atribuye un 60% de los poemas amorosos del libro El rayo que no cesa a Maruja Mallo, una mujer "clave e influyente" en la vida del poeta de Orihuela.
La biografía arranca planteándose el autor algunas preguntas sobre los motivos por los que la vida y obra de esta mujer han sido "tapados" durante este siglo XX, debido, en parte a la misoginia imperante en la sociedad de la época. El libro narra sus infancia en Viveiro (Lugo), su adolescencia en Avilés (Asturias) y su estancia en Madrid. A partir de 1922 se instala en la capital y empezará a relacionarse con la intelectualidad de la época. Ferris habla del cuarteto "Lorca-Buñuel-Dalí y Mallo" y de la génesis de la denominada Generación del 27. A partir del año 28, la pintora se aproxima al surrealismo con unos cuadros de la serie Cloacas y campanarios, conocerá a Alberti, con el que tuvo una relación amorosa durante cinco años que el poeta no reconoció hasta la muerte de su compañera, viajará a Paris y adquiere gran protagonismo durante la República. En 1937 inicia un largo exilio americano, que le llevará a Argentina, Uruguay y Nueva York, y regresa a España definitivamente en 1965 hasta su muerte en 1995. "Es una adelantada de su tiempo", asegura Ferris que defiende la calidad de su obra y también la importancia que tuvo para muchos artistas. Para el autor de esta biografía su protagonista es una de las figuras capitales de la vanguardia histórica española, que rompió moldes y estereotipos en el mundo de las artes.
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