La culpa se reparte entre todos
Los profesores también creen que los alumnos no hincan codos como debieran; algo más de la mitad opina que deberían esforzarse más. Los docentes asumen también su parte de responsabilidad: un nada desdeñable 22% cree que no se están adaptando los contenidos que se imparten en clase y que las enseñanzas que reciben los alumnos no les motivan.
Como los estudiantes, tampoco los profesores creen que el fracaso se deba a un problema en la capacidad de aprendizaje, eso sólo lo piensa un 5,6% de ellos. Sin embargo, sí creen que los padres deberían arrimar el hombro para paliar el fracaso escolar: a juicio del 17% de los docentes las familias no están colaborando.
Uno de los autores de aquel estudio, Álvaro Marchesi, destacaba ayer mismo que, a pesar de todo, los profesores están satisfechos de serlo (92%) aunque sólo un 7,6% de ellos cree que la sociedad les valora.
Entre las preocupaciones de los maestros destaca muy por encima de las demás la violencia en la sociedad (71,3%); después, con un (51,4%), les preocupa el funcionamiento de la educación; y la intolerancia y el racismo en tercer lugar.
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