"De España te tendrían que echar"
Allegados de las víctimas increpan en el pleno del Congreso a Federico Trillo, exigen que el ex ministro deje su escaño y estudian la posibilidad de emprender acciones judiciales contra él
Cuatro horas y media de debate en el pleno del Congreso de los Diputados. En la tribuna del público, cerca de una veintena de familiares de las víctimas del accidente que costó la vida a 62 militares en Turquía en mayo de 2003. Durante toda la sesión sus rostros permanecieron serios, tensos, tristes... Casi no aplaudieron. Los ujieres del hemiciclo estuvieron prestos a apagar cualquier conato de aprobación o desacuerdo sonoro, tal como establece el reglamento de la Cámara. No tuvieron mucho trabajo porque el comportamiento de las familias contrastó con el gallinero que se formó en varias ocasiones en los escaños del PP, donde los diputados populares se despacharon a gusto con el presidente del Congreso, Manuel Marín -"¡fuera, fuera!", le decían tras su forcejeo verbal con Zaplana por la duración de su intervención-, y con el ministro de Defensa, José Bono, al que aconsejaron "colgarse otra medalla".
"Esto es una vergüenza para la democracia", le recriminó a Trillo la hermana de un soldado
"Se ha demostrado con documentos que el Gobierno nos mintió", se quejaron las familias
Todo ello ocurría antes de la espantada que se vivió cuando concluyeron los turnos del ministro de Defensa y del portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana. El ex ministro de Defensa Federico Trillo se quedó prácticamente solo, mientras los portavoces del resto de los grupos parlamentarios intervenían.
Pero cuatro horas es mucho tiempo si de acumular tensión se trata. Algunos ya no pudieron contenerse más. Y estallaron. La sesión había concluido y Federico Trillo se retiraba acompañado por un grupo de diputados. La hermana de uno de los militares fallecidos no pudo contenerse: "¡Sinvergüenza!". Mientras tiraban de ella y su insulto hacia el ex ministro resonaba en la sala, siguió: "¡Sinvergüenza! Esto es una vergüenza para la democracia". Incluso pudo oirse un "de España te tendrían que echar".
Entre los escaños también hubo enfrentamientos. El socialista Eduardo Madina se encaró con el popular Jorge Fernández Díaz mientras decenas de diputados del PP gritaban diversos improperios a los socialistas. Para que la disputa no llegara a mayores, diputados socialistas y de IU se llevaron a Madina.
Minutos después del debate más áspero de lo que va de legislatura, Zaplana se topó en la puerta del Congreso con un grupo de familiares de fallecidos en el Yak-42. "¡Sinvergüenza!", le espetó una mujer. Por si el diputado popular se había quedado con la duda de por qué había sido insultado, ella aclaró: "Le he llamado sinvergüenza porque ha estado riéndose durante toda la sesión. Me parece que no era una cosa para reírse; esto es una cosa muy importante y muy dolorosa para nosotros". Mientras Trillo y Zaplana intentaban sortear estos malos tragos, Bono y el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se acercaron a los familiares. Para entonces, algunos ya habían derramado lágrimas. Éste fue su juicio sobre el debate: "Veníamos a escuchar la verdad y la hemos oído, aunque también muchas mentiras".
La intervención del ex ministro de Defensa Trillo, que no estaba prevista, surtió un efecto inmediato en los allegados de los militares muertos -"ha sido un golpe de efecto cutre del PP", comentaron algunos-. Dos de ellos abandonaron la tribuna. Los que decidieron quedarse se mordían la impotencia. Pero no iban más allá de comentarios en voz baja y gestos de desaprobación. También fueron especialmente tensos los momentos en los cuales se ligaba la palabra "Yakolev" con "avión seguro", y la incursión de Zaplana en la arqueología del fango, que acabó por indignar a los asistentes ocasionales al hemiciclo. Para las familias, mezclar los GAL con el peor accidente sufrido por el Ejército "le descalifica totalmente. Hoy se venía a hablar del Yak. Zaplana ha dado un espectáculo bochornoso", aseguró Alfonso Agulló, vicepresidente de la Asociación de Familiares de las Víctimas del Yak-42. Curra Ripollés, portavoz de la asociación, remachó: "Este argumento es cuanto menos una ofensa contra las familias, pero mide el grado de la sensibilidad del PP en todo este proceso. Equivocan la verdad con la mentira sistemáticamente. No se investigó, y además nos mintieron".
La Asociación que preside su hermano Carlos dejó claras ayer sus intenciones: que el ex ministro dimita como diputado, que el pleno del Congreso determine si existen responsabilidades políticas y que se determine si Trillo incurrió en responsabilidades penales en su actuación en torno al accidente y a la identificación de las víctimas. En este último punto están trabajando los servicios jurídicos de la asociación. Según Agulló, si existen indicios para imputar a Trillo, "sin lugar a dudas se abrirán los trámites pertinentes" para elevar la causa al Tribunal Supremo, dada la condición de aforado del ex ministro.
Las familias, que vivieron un nuevo episodio de dolor al oír algunos detalles expuestos por Bono, piensan que, tras el debate "ha quedado demostrado con documentos" que el anterior Gobierno "mintió", que el anterior ministro de Defensa faltó al respeto a las víctimas "por interés políticos" y que se puso en riesgo la vida de los soldados "más allá de lo estrictamente necesario". La existencia de un informe del Ejército del Aire, elaborado tres meses antes del accidente, corrobora, según Agulló, esta tesis y demuestra que los soldados dijeron reiteradamente que no querían volar en esos aviones y si lo hicieron fue obligados por la disciplina militar.
Estas circunstancias, indicó Carlos Ripollés, son suficientes para considerar que es "indigno" que Trillo mantenga su condición de diputado por Alicante, ya que "ha demostrado su incapacidad de asumir su responsabilidad como político". En el terreno de las responsabilidades, las familias están convencidas de que los ceses deberían llegar hasta donde haga falta, y alcanzar a todas las personas que han cometido negligencias. Y para Trillo también había una advertencia en este apartado: que deje de acusar impunemente a los generales que estaban a sus órdenes y asuma sus responsabilidades como político y como ex ministro.
La ira se repartía a las puertas del Congreso entre la actuación de Trillo y las palabras de Zaplana durante su intervención, que fue calificada como "bochornosa" y "llena de mentiras". Ripollés aseguraba que decir que el Gobierno del PP había ayudado a las familias y había realizado "unas magníficas identificaciones" era propio de alguien "enfermo de mentira".
A punto de enfilar la Carrera de San Jerónimo, Curra le daba un consejo a Trillo: "Es una persona enferma. Necesita un psicólogo. Que vaya al que me recomendó a mí el ministerio porque decían que estaba mal". Y Yolanda Vegas le dedicaba un manojo de calificativos: "déspota, mentiroso y prepotente".
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